Un acto de vandalismo es un delito que se produce cuando una persona destruye o profana los bienes de otra sin permiso. Si se lleva esta definición al mundo de la automoción, los actos vandálicos más frecuentes en los coches son, por ejemplo, la rotura de cristales, los arañazos en la carrocería o el pinchazo de neumáticos.
Estos actos suponen un quebradero de cabeza para el que los sufre, puesto que si no dispone de un seguro a todo riesgo, con cobertura de daños propios, tendrá que hacer frente a la reparación pagándola de su propio bolsillo. Aunque existen algunos siniestros provocados por actos vandálicos que pueden estar cubiertos por las coberturas de lunas, robo o incendio. Es decir, no se necesita disponer de un seguro a todo riesgo.
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Por su parte, y más allá de las creencias populares, el Consorcio de Compensación de Seguros no cubre los actos vandálicos, salvo que hayan sido daños ocasionados en tumultos populares, por actos de terrorismo, rebelión, sedición o motín.
Además, la única manera de que no le cueste dinero al propietario de un vehículo que haya sufrido estos actos (si no dispone de una póliza con cobertura de daños propios) es identificando al responsable e interponiendo una denuncia. Será el encargado de pagar los desperfectos generados.
Millones de conductores
La compañía aseguradora Línea Directa acaba de difundir un estudio a partir de una amplia serie de encuestas a conductores de toda España. Los resultados son preocupantes. Lo que más llama la atención es el gran número de conductores que se han visto afectados por estas acciones. Más de 12 millones han sufrido algún tipo de vandalismo en sus vehículos.
Fuentes de la aseguradora explican que las dos clases de incivismo vial más habituales son, el vandalismo (como se ha comentado, provocar daños en un coche de forma intencionada) y darse a la fuga del lugar de un accidente. Estas dos variables suponen el 40% de los partes sin contrario en España.
Así, en el informe se detalla que 11,7 millones de propietarios han padecido daños en sus automóviles por conductores a la fuga, es decir, aquellos que causan un accidente y para no tener que asumir las consecuencias con el seguro o la policía, se escapan de la escena del siniestro.
Otro dato alarmante constata que en el 7% de estos accidentes con fuga se registraron daños corporales. Según expone Mar Garre, directora de comunicación de Línea Directa: “Casi la mitad de los conductores españoles se han visto perjudicados por estos actos, quedando indefensos en muchos casos”.
Radiografía de un accidente con fuga
El informe estima que 3,1 millones de conductores han abandonado alguna vez el sitio donde se produjo el accidente sin dejar sus datos. De esta manera, cuando el conductor del otro vehículo no se encuentra presente, el causante del siniestro se da a la fuga el 71% de las veces.
Por su parte, los motivos alegados para abandonar el lugar del accidente son, el pánico (43%), porque a él “le habían hecho lo mismo anteriormente” (29%) o “por no encarecer el seguro” (22%).
Daños causados intencionadamente
Otra cifra vergonzosa que destaca el estudio, es la que estima que 850.000 conductores han causado alguna vez daños de manera consciente en otro automóvil. El vandalismo supone el 22% de los partes sin contario en España, así, las estadísticas hacen referencia a arañazos en la pintura (36%), daños en retrovisores (21%) y rotura de lunas (15%).
El informe de Línea Directa apunta como razones habituales para causarlos, la “venganza personal” (44%), “el coche estaba mal aparcado” (34%) o “porque era nuevo” (15%). Otro de los datos importantes, hace referencia al fraude; según la aseguradora, 900.000 conductores han rayado su propio coche para poder pintarlo. El perfil que actúa de esta manera está muy localizado. Son jóvenes, tanto hombres como mujeres, y con tendencia a la reincidencia.
Para concluir, el informe de Línea Directa hace referencia a la localización de las agresiones a los vehículos, siendo la calle donde más se registran (90%) seguido de los aparcamientos públicos con el 5%. Por comunidades autónomas, donde más actos vandálicos se producen, es en Valencia (51%), seguido de Murcia (49%) y País Vasco también con el 49%. Donde menos, La Rioja (34%), Cantabria (34%) y Asturias (38%).
El incivismo cuesta mucho dinero
Desde la Linea Directa también apuntan al coste que supone para las aseguradoras por los actos vandálicos a otros vehículos superaría los 930 millones de euros anuales.
A esto habría que sumar las reparaciones no indemnizadas por falta de cobertura en las pólizas. Así, en más de la mitad de los actos vandálicos (54%) es el propietario del automóvil dañado el que paga la reparación. Por su parte, en los siniestros de conductores a la fuga, en un 41% de los casos también debe de pagar el que ha sufrido el accidente.
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