Para obtener el carnet de conducir es necesario superar un examen teórico y otro práctico. Esta segunda prueba supone todo un reto para los futuros conductores, que no sólo deben ejecutar correctamente las órdenes del examinador: también tienen un tiempo para ello.
El práctico es una prueba en la que el examinador (situado en la fila trasera) pondrá a prueba los conocimientos que el futuro conductor ha adquirido durante sus clases. Además de evaluar su conducción, también se tiene en cuenta cómo responde ante determinadas situaciones y su actitud al volante.
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El tiempo máximo para el examen práctico
Será, precisamente, el examinador quien decida cuánto dura el examen práctico. La duración de la prueba debe bastar para que el futuro conductor sea evaluado y ejecute las órdenes que reciba. El tiempo aproximado oscila entre los 25 y los 30 minutos para permisos A1, A2 y B; en el resto de permisos puede irse hasta los 45 minutos.
El tiempo, por lo tanto, es inferior a lo que dura una clase y, además, no es fijo: dependerá de cada aspirante y del examinador. Al mismo tiempo, según se establece en el reglamento, si el alumno comete varios errores, la prueba puede terminar antes de llegar a su fin.
¿Cómo es el examen práctico de conducir?
Una vez más, es la normativa la encargada de marcar la pauta, ya que señala las maniobras que deberían formar parte del examen práctico: dos de los ejercicios de la lista que figura a continuación con una marcha atrás, como mínimo. Esta es la teoría, en la práctica es el examinador quien decide las que pide… y las que no.
Maniobra G: el alumno debe circular, marcha atrás, en una recta y en una curva en la misma maniobra. No puede rebasar las líneas que delimitan el carril y tampoco tocar o subirse al bordillo.
Maniobra H: este ejercicio consiste en cambiar el sentido de la marcha. Para ejecutarlo correctamente, el aspirante tiene que girar hacia un lado, dar marcha atrás y girar hacia el contrario. Únicamente podrá dar marcha atrás una vez y tampoco podrá tocar o subirse al bordillo.
Maniobra I: engloba tres estacionamientos diferentes. El primero es en línea: aparcar en paralelo a la acera, sin subirse a ella y realizando sólo tres maniobras. Hay que tener en cuenta, además, que la distancia máxima respecto al bordillo puede ser de hasta 30 centímetros y que no hay que tocar la dirección al terminar.
El segundo es en oblicuo (aparcar en diagonal) y el tercero es en perpendicular (usando la marcha atrás). En estos dos casos, el vehículo debe quedar centrado y sin tocar las líneas que delimitan el lugar de estacionamiento. Y, además, en los tres ejercicios el alumno deberá salir de la plaza con tres movimientos como máximo.
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