El gran cambio normativo que la DGT aprobará en 2024

Una de las grandes reformas legales previstas por la Dirección General de Tráfico (DGT) abre casi ya mismo las puertas a la conducción del futuro. El organismo espera aprobar en 2024 el real decreto que establecerá los requisitos técnicos para la circulación de vehículos con niveles SAE de conducción autónoma 4 y 5. Es decir, aquellos con automatización completa, que circulan por sí solos y no necesitan la supervisión humana en marcha.

La subdirectora general adjunta de Vehículos de la DGT, Susana Gómez, ha anunciado estas intenciones en la presentación del Barómetro del Vehículo Autónomo y Conectado de la patronal de fabricantes ANFAC, donde ha remarcado que en países como Alemania o Francia el nivel SAE 4 ya está establecido. 

También ha detallado Gómez que el futuro real decreto equiparará el sistema de conducción autónoma con la figura del conductor.

No será irrelevante el modo en que se establezca esta equivalencia. Afectará, de hecho, al trabajo futuro de la propia DGT y de las aseguradoras, entre otros agentes de la movilidad. Entre otros detalles, el real decreto deberá fijar a quién y cómo se reclamarán responsabilidades en casos de infracciones o siniestros que tengan su causa en errores del sistema autónomo; si al propietario o al fabricante, por ejemplo.

Todo el desarrollo legal, aún por definir, se enmarca en los cambios de la ley de tráfico que entraron en vigor en 2022. Desde el 21 de marzo del año pasado, corresponde al Ministerio del Interior (y, por tanto, a la DGT) determinar “las normas en materia de tráfico y seguridad vial” que deberán cumplir los vehículos autónomos. 

La tecnología de los coches autónomos

El mismo texto exige a los fabricantes comunicar a Tráfico “las capacidades o funcionalidades del sistema de conducción automatizada”. Lo demás, lo específico, se incluirá en el nuevo real decreto. Una vez publicado, los fabricantes podrán poner en el mercado vehículos con esa capacidad. 

ANFAC, de boca de su director general, José López-Tafall, asegura que la tecnología ya permite hacerlo, a falta del marco regulatorio y de que los sistemas, de hecho, se apliquen a los coches más allá de proyectos experimentales. Tráfico prefiere no adelantarse: Gómez duda de que el año próximo se vean por las carreteras españolas turismos con nivel SAE 5 de autonomía.

Aun así, la subdirectora de Tráfico hace hincapié en el “gran interés por parte de DGT para que se realice el despliegue del vehículo autónomo en España, garantizando la seguridad de todos y con la finalidad de evitar accidentes, con especial atención a los usuarios más vulnerables”. 

El informe de la patronal de fabricantes señala, en todo caso, que la realidad va despacio. Tres de cada cuatro modelos a la venta cuentan con un nivel SAE 2 de conducción autónoma, con tecnologías como el sistema avanzado de frenado de emergencia (disponible en el 94,7% de la oferta) o el sistema de advertencia de abandono de carril (89,1%).

Por ahora, el máximo nivel disponible en España es el SAE 3, grado de autonomía presente en el 18% de los modelos.