Contra todo pronóstico, Oasis regresa. La banda se volverá a reunir para dar 14 conciertos en 2025, cuando se cumplen 15 años de su separación: “Las armas se han silenciado, las estrellas se han alineado y la gran espera ha terminado”. Y en su historia, también hay hueco para los coches.
El mundo del motor y la música suelen ir de la mano. Son innumerables los artistas que han invertido parte de su fortuna en una de sus pasiones: los coches. Los hermanos Gallagher no forman parte de esta lista por una sencilla razón: ninguno tiene carnet de conducir.
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Eso sí, este pequeño obstáculo no impidió que Noel y Liam tuvieran una extraña relación con el mundo del motor. Ambos compraron coches que nunca iban a conducir y sus elecciones fueron, cuanto menos, pintorescas.
El Jaguar de Noel Gallagher
Tras el gran éxito de los tres primeros discos de Oasis, Noel decidió comprarse un coche: el elegido fue un Jaguar MK 2 de 1967 y lo escogió porque se había fabricado el año que nació. Era de color negro con la tapicería roja.
En una entrevista concedida a Radio X en 2019 explicaba que había oído hablar “de una empresa que compraba chasis de autos antiguos y les ponía un motor moderno dentro”. Se trataba de Vicarage, pero según Noel Gallagher tardaban entre 18 y 24 meses en fabricarlos: “Pensé que fácilmente habría aprendido a conducir en ese tiempo”.
No fue así y, además, no recordaba que lo había comprado: “Un día estaba en la cocina y un camión, con el coche, se detuvo frente a mi casa. Estaba haciendo té y pensé: qué bonito, algún día tendré uno. El tipo llamó a la puerta y dijo: Señor Gallagher, su vehículo. Me había olvidado”.
Noel Gallagher pagó más de 100.000 libras (118.700 euros, según el cambio actual) por él, lo tuvo durante 20 años y sólo su mujer lo condujo de vez en cuando. En 2022, lo vendió por 125.000 libras (148.400 euros) y lo definió como su error “más caro”.
El Bristol 603 de Liam Gallagher
Su hermano Liam, sin embargo, se decantó por un modelo de la extinta Bristol Cars: un Bristol 603. Era un coupé GT de dos puertas y cuatro plazas que, como ocurría con el resto de los vehículos de la marca británica, se fabricaba artesanalmente.
Tenía un elegante diseño atemporal y estaba impulsado por un V8 de 5.9 litros, que entregaba 390 CV y tenía un par motor de 500 Nm. No se sabe qué hizo Liam con él y tampoco cuál es su paradero actual.
El Rolls-Royce de Oasis
Hay otro coche asociado a la historia de Oasis: el Rolls-Royce Silver Shadow de la portada del disco ‘Be Here Now’ (1997). La unidad era de 1973, no tenía motor y aparecía medio sumergido en la piscina de una mansión ubicada en Hertfordshire (Londres).
Como curiosidad, la matrícula (SYO 724F) era de un furgón negro de la Policía y, como ocurrió con el Bristol 603 de Liam, su destino después de aquella aparición es todo un misterio.
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