Conectar el teléfono móvil al puerto USB de tu coche: por qué deberías dejar de hacerlo

Suelen estar en la consola central, junto a la pantalla o en el reposabrazos que separa los dos asientos delanteros.

Hoy es casi imposible encontrar un coche nuevo que no tenga, al menos, un puerto USB a bordo. Esto se debe a que, desde hace unos cuantos años, los vehículos se han ido transformando para dar cabida a más tecnología.

Lo normal es encontrar los puertos USB en la consola central, junto a la pantalla o en el reposabrazos que separa los dos asientos delanteros. Este equipamiento tiene múltiples opciones: sirve para cargar el teléfono, para conectar el móvil con Apple CarPlay o Android Auto, para reproducir música, etc.

Estas acciones son habituales para muchos conductores que no se plantean esta duda: ¿se puede conectar cualquier dispositivo al puerto USB del coche? No. Algunos están diseñados para transferir datos, otros para cargar… Por ello, tienen diferentes voltajes y modos de alimentación.

Dependiendo del dispositivo, puede darse alguno de estos problemas: potencia insuficiente al cargar, riesgo de sobreconsumo de la batería del vehículo… Motivos por los que es mejor evitar conectarlos directamente a los puertos USB del coche. Lo lógico es pensar en una tablet, pero los móviles también entran dentro de estos supuestos.

Los puertos USB en los coches

Los coches suelen estar equipados con puertos USB 2.0 o 3.0: el formato más popular sigue siendo el Tipo-A. Con la democratización de los teléfonos inteligentes que se cargan con cables Tipo-C, ahora este también es común.

Los USB 2.0 están limitados a un voltaje de 5 V y una intensidad de 500 mA para una potencia máxima de carga de 2,5 W. Los USB 3.0 se mueven en una intensidad de 900 mA para una potencia máxima de carga de 4,5 W.

Si un conductor conecta, directamente, un dispositivo que consume más energía, es probable que la batería del coche no se cargue lo suficientemente rápido para compensar este exceso de consumo.

Cuidado con la tecnología USB Power Delivery

Esto es especialmente preocupante en los teléfonos compatibles con el USB Power Delivery: esta tecnología permite variar el voltaje y la potencia según las necesidades del dispositivo. Gracias a ella, los dispositivos que consumen más energía se pueden recargar rápidamente a través de un USB en lugar de usar un generador.

Móvil cargando coche

Por lo tanto, en el coche, en lugar de tener los 5 V del USB 2.0, será posible llegar a 20 V y a una intensidad de 5 A para una potencia máxima de 60 a 240 W. A priori, esto puede parecer una ventaja, pero no es así.

Para aprovecharla, el vehículo debería contar con un USB Power Delivery. Si no es así, se desaconseja conectar este tipo de dispositivos. Su consumo de energía es demasiado alto y se corre el riesgo de dañar la batería del teléfono y la del coche. En estos casos, lo recomendable es un adaptador USB que se conecte al mechero, puesto que pueden ofrecer potencias de 12, 18 y 45 W (también compatibles con QuickCharge o Power Delivery).

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