El número de fallecidos en vías interurbanas en 2020 (con datos a 24 horas) fue de 870, la cifra más baja desde 1960, pero el análisis de los matices cambian la perspectiva. El año pasado fue el peor de la década en materia de seguridad vial: lo asegura un informe de la Fundación Línea Directa, cuyos autores tienen en cuenta detalles, por ejemplo, como un descenso medio de la movilidad del 25%, con un pico del 75% en abril.
En términos relativos, sostiene el estudio, la mortalidad en carretera superó las previsiones estadísticas en un 17%. Dicho de otro modo, y aplicando un modelo matemático, se calcula que en 2020 se produjeron 128 muertes más de las esperadas, lo que trunca la evolución positiva de la siniestralidad vial en las últimas décadas, ya suavizada en los últimos ejercicios, por otra parte.
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El informe, elaborado junto con el Instituto de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, desgrana las causas del empeoramiento y menciona, por encima de otras cuantas, el comportamiento de los conductores españoles. Los datos proporcionados por la DGT, por ejemplo, indican que el 36% de los fallecidos en accidentes de tráfico durante el confinamiento no llevaba puesto el cinturón de seguridad, casi el doble que en 2019.
También crecieron los excesos de velocidad (un 39% de marzo a junio) y los consumos de alcohol, drogas y medicación: uno de cada cinco conductores, recoge el estudio –que incluye una encuesta a 1.700 automovilistas–, reconoce haber aumentado la ingesta. Y ese mismo porcentaje confiesa que conduce, o así lo cree, peor que antes de la pandemia.
El análisis de la Fundación Línea Directa dibuja el accidente tipo de 2020, que se produjo “sobre todo en julio y en fin de semana, en carretera convencional (77% de los fallecidos) y con la salida de vía como causa más común (44%)”.
Previsiones negativas para 2021
También 2021 será malo. Los autores del informe llegan a esta conclusión por varias razones, entre ellas una “mayor tendencia a incumplir las normas” y al “previsible incremento de la movilidad”. Prevén asimismo que el aumento de los desplazamientos rondará el 30%, y de las respuestas de los automovilistas extraen además otras cifras: siete de cada diez usarán el transporte privado este verano y el 18% cree que “lo usará mucho más que antes de la pandemia”. En la práctica, esto supone que habrá “unos 160.000 vehículos más en las calles y carreteras españolas durante 2021”.
El informe concluye, en definitiva, que una densificación del tráfico y el “efecto euforia” pueden crear una “tormenta perfecta” en materia de seguridad vial. Y de ahí que las previsiones sean pesimistas: se calcula que este año se producirán en torno a 1.100 muertes en carretera.
Los datos de 2020 deben ser –en palabras de la directora general de la Fundación Línea Directa, Mar Garre– “una clara llamada de atención de cara a los desplazamientos de verano. La sociedad española ha padecido mucho durante todo este tiempo, por lo que es necesario evitar un efecto euforia en la conducción y recalcar que, ahora más que nunca, debemos ser especialmente responsables en la carretera”.
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