Repudiados por su aspecto de coche inacabado, barato y con poco porte, e incluso apodados ‘triciclos’, de manera cruel más que entrañable, los coches de tres ruedas han quedado relegados a meros utilitarios. Pero estos vehículos (mitad coche, mitad moto) han tenido mucho más peso en la historia de la automoción de lo que se piensa. Empezando por que el primer vehículo de combustión interna era de tres ruedas.
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Los pioneros de las 3 ruedas
El primer coche de combustión interna de la historia fue el triciclo creado por Karl Benz en 1886 conocido como Patent-Motorwagen Typ III. Este vehículo de tres ruedas de bicicleta de la época, es uno de los iconos de la automoción.
Habría que esperar a 1924 para llegar a otro modelo pionero de las tres ruedas, el Blitzkarren, con aspecto de carretilla, que en 1931 fue la base del modelo Pionier de la marca Goliath. Con 500 kilos de peso y fabricado en acero era más parecido a un tanque que a un coche.
La época dorada de las tres ruedas: décadas de los 40 a los 70
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial fue cuando comenzaron a proliferar con éxito los vehículos de tres ruedas. Debido a la crisis económica y a la falta de recursos energéticos y de materias primas se comenzaron a construir coches de pequeño tamaño que prescindían de algunos elementos mecánicos, ahorrando así peso y coste. Estos aprovechaban los componentes de las motocicletas y añadían otros elementos más propios de un coche, como la carrocería, los asientos, la capacidad, e incluso el volante.
También el fin de la guerra propició que industrias armamentísticas buscaran su continuación en la vida civil. Tal fue el caso de Messerschmidt, un fabricante alemán de aviones caza que comenzó a fabricar automóviles, eso sí, aprovechando su experiencia, por eso el Messerschmidt KR 200 tenía un habitáculo que era prácticamente la cabina de un caza. También fruto de la reconversión de la industria de guerra apareció en California el Davis Divan, el vehículo de tres ruedas más grande que se ha construido (en su banqueta cabían 4 personas), aunque solo se fabricaron algo más de una docena de coches.
En Japón, sin embargo, modelos como el Mazda K360, un vehículo de transporte aparecido en 1959 y el Daihatsu Bee, de 1951, con carrocería de dos puertas, se convirtieron en un rotundo éxito. De hecho, gracias al Bee, Daihatsu comenzó a crecer como fabricante de automóviles.
Otros modelos, como el Peel P50, ponen de manifiesto la necesidad de ahorrar elementos y costes de en los coches de tres ruedas. Desde 1962 hasta 2009 ha sido el coche de producción en serie más pequeño del mundo (1,37 metros de largo por 1,01 metros de ancho). Tenía un motor de moto DKW de 49 cc y un peso de solo 59 kilos, por lo que se podía aparcar con las manos.
Pero si hablamos de éxitos en este sector de los triciclos motorizados, uno de los pesos pesados ha sido la marca británica Reliant, que con sus modelos Regal, Robin y Rialto han llegado a vender numerosas unidades entre 1953 y 1997, momento en que se dejaron de producir.
También del Reino Unido son otros modelos significativos como el Bond Bug, que con su llamativo color naranja y su portón de acceso que comprendía las dos ventanas laterales, la luneta delantera y el techo, se convirtió en uno de los más icónicos. También contribuyeron las 2.270 unidades que se fabricaron entre 1970 y 1974. Su antecesor fue el Bond Minicar, capaz de girar 360 grados sobre su propio espacio para dar la vuelta.
En Alemania, entre los años 50 y 60, también se fabricaron microcoches de tres ruedas. El más famoso fue el Fuldamobil, que utilizaba motores de motocicleta Sachs de entre 200 y 360 c.c. conectados a la rueda trasera gemela motriz (al igual que el famoso Iso Isetta popularizado por BMW). Esta característica y su aspecto ‘simpático’ hicieron que en Argentina, país donde más se vendió, le atribuyeran el sobrenombre de ‘Bambi’.
Pero, para peculiar el Scootacar, un biplaza de fibra de vidrio con aspecto de pez globo o de burbuja (en inglés eran conocidos como ‘Bubblecars’) fabricado entre 1957 y 1964.
Los entrañables motocarros
O triciclos motorizados de transporte ligero, han sido una de las mayores aportaciones de los vehículos de tres ruedas. Aunque la primera marca italiana en fabricar un motocarro fue Moto Guzzi en 1928 con su modelo Ercole, su máximo exponente es el modelo Piaggio Ape (‘abeja’ en italiano), que apareció en 1948 como modelo de bajo coste, gran maniobrabilidad. En origen eran básicamente Vespas a las que se les añadía un eje doble trasero y una plataforma de carga.
La Delfín Tricamioneta fue la versión española del motocarro para la posguerra. Fue diseñado por el excorredor Julio Fusté en 1956, y está inspirado en los motocarros franceses Solyto creados por la firma New Map, aunque el modelo español tenía la parte frontal más prominente debido a su motor más voluminoso.
En esta categoría no hay que olvidar al Bajaj, el famoso triciclo motorizado más extendido del subcontinente indio, más conocido como Tuk Tuk.
Futurismo sobre 3 ruedas
En los prototipos y diseños automovilísticos de los últimos años también ha habido cabida para los modelos de tres ruedas. De nuevo su reducido tamaño y peso son claves para la automoción eléctrica que se está implantando. Aquí surgen modelos como el Morgan 3 Wheeler, una apuesta retroeléctrica con aspecto de biplaza de los años 30, que tiene versión eléctrica y de gasolina. El atractivo Nobe 100, igualmente de aspecto retro y motor eléctrico, es una apuesta que busca financiación colectiva. Cabe destacar el modelo i-ROAD de Toyota, un triciclo eléctrico con dos plazas dispuestas en tándem, cuya carrocería se inclina hasta 80 grados en las curvas. Aunque el que se lleva la palma es el Twike, un vehículo de tracción mixta humana-eléctrica, que permite recargar la batería con pedaladas. Es capaz de transportar a dos personas con sus dos maletas.
La nueva hornada de coches de tres ruedas ha encontrado su inspiración en la Fórmula 1. Modelos como el Campagna T-REX 16SP, (impulsado por una mecánica BMW, de seis cilindros y 160 CV), el Polaris Slingshot (fabricante de motos de nieve) o el Vanderhall Venice Roadster (con chasis monocasco de aluminio y propulsor turboalimentado de gasolina de 140 CV) son buenos ejemplos. También ha influenciado la aviación: el Canver One (con carrocería basculante) o el Mercedes-Benz F300 Life Jet (similar al Carver, pero con las ruedas dispuestas al contrario) disponen de cabinas similares a las de los aviones biplaza.
Para acabar, cabe mencionar algunos prototipos interesantes de tres ruedas que nos ha dejado la historia de la automoción, tal es el caso del Dymaxion Car, diseñado en 1933 por Buckminster Fuller, el General Motors Astro III, un modelo experimental de finales de los 60 con aspecto de caza intergaláctico, el Elio P5, que pretendía reducir el consumo de combustible de los estadounidenses o el Aptera, una solución híbrida sostenible.
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