El A110 ha supuesto la vuelta de Alpine a la palestra y se ha convertido en un gran ejemplo de cómo reinterpretar un clásico en clave moderna. Hasta ahora, pese a las diferentes versiones que se han presentado, se ha mantenido fiel a sus características de deportividad, peso ligero y diversión; pero en el International Automobile Festival (FAI) de París ha mostrado su variante más peculiar, un Alpine A110 SportsX que cuenta con una imagen más propia de un crossover.
Salta a la vista que se trata de un vehículo más alto que el de serie, y de hecho la marca ha aumentado en 60 milímetros la distancia libre al suelo del deportivo. Esto le otorga más garantías a la hora de abandonar el asfalto, pero la firma, en todo caso, no ha apostado por la tracción total.
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También ha añadido un kit de carrocería que la ensancha en 80 milímetros y añade un paragolpes delantero específico, nuevos faldones laterales y un paragolpes trasero con salidas de aire laterales. El conjunto se completa con unas luces auxiliares, llantas negras envueltas en neumáticos Michelin Primacy 3 y un portaesquís montado en la luneta trasera que permite transportar dos juegos.
El Alpine A110 SportsX está basado en el modelo de acceso de la gama, el Pure, lo que significa que utiliza el motor 1.8 turbo tetracilíndrico de 252 CV y 320 Nm. Aunque no hay datos sobre las prestaciones del modelo, en el A110 normal es suficiente para llevarlo de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y para alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.
Por el momento se trata de una unidad única que no está a la venta, pero existe la posibilidad de que Alpine ofrezca alguno de sus accesorios a disposición de sus clientes.
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