El peor verano para la seguridad vial desde 2018

Son los peores datos de siniestralidad vial en verano desde 2018, con 225 personas fallecidas en las carreteras en julio y agosto. Las cifras, facilitados esta mañana por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, confirman las tendencias de los últimos ejercicios: las muertes se concentran en las carreteras convencionales y casi uno de cada cuatro fallecidos en turismo o furgoneta no llevaba puesto el cinturón de seguridad. 

En comparación con 2019, año de referencia estadístico para la Dirección General de Tráfico (DGT), el número de muertes ha crecido un 4,65%, con un aumento de los desplazamientos del 2,42%. 

“No son buenos datos. En siniestralidad vial nunca lo son. Vamos a proseguir con la agenda marcada en la Estrategia de Seguridad Vial 2030, que incluye las medidas que deben permitirnos reducir los siniestros de tráfico y sus dramáticas consecuencias”, ha señalado el ministro. En 2018, el número de muertes en el periodo estival fue de 260. 

Más atropellos que antes

A pesar de la campaña de Tráfico previa al verano, el número de peatones fallecidos por atropello (19) aumentó un 5% respecto a 2019, el mismo porcentaje que entre los conductores. La mortalidad de los motoristas, en cambio, se redujo en julio y agosto un 6%.

Lo que no varía es el escenario de la siniestralidad. Según las cifras provisionales facilitadas por la DGT, tres de cada cuatro fallecidos perdieron la vida en carreteras convencionales sin separación de sentidos (173). En las autovías y autopistas se registraron 52 muertes. 

Las cifras no son tan dispares en el caso de los atropellos, con ocho casos mortales en las vías rápidas y 11 en carreteras secundarias. La mayoría de esos siniestros sucedieron por la noche o en el crepúsculo (15); más de la mitad de los fallecidos (11) no llevaban ninguna prenda reflectante. 

Por tipo de siniestro, la salida de vía sigue siendo el que más víctimas mortales registra, un 40%, por delante de la colisión frontal (23 %).