Los neumáticos son uno de los elementos de seguridad activa más importantes del coche. El conductor tiene que poner especial cuidado en su conservación y mantenimiento. Y es que, en verano, un error de cálculo puede convertirse en un problema serio.
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El verano suele coincidir con un mayor número de desplazamientos en los que el coche se carga al máximo y tiene que soportar elevadas temperaturas. Algo que afecta, de forma especial, a las ruedas que están sometidas al calor de la época y al generado en la fricción constante con el asfalto.
Un factor al que se debe prestar atención es la presión. Cada coche requiere unos valores determinados de inflado, que vienen indicados en el manual de mantenimiento. Aparecen también en una pegatina que suele estar situada en el quicio de la puerta del conductor.

La presión y los reventones
Una presión por debajo de esas cifras se convierte en todo un peligro porque puede desembocar en un reventón. Los neumáticos no suelen estallar únicamente por el calor, ese inflado insuficiente también influye: las ruedas se puede deformar considerablemente y calentarse mucho.
Esto puede dañar la carcasa tan gravemente que puede romperse: si esto ocurre en el eje trasero delantero, se puede producir un accidente grave. Por este motivo, los valores de la presión de los neumáticos no deben alterarse.
Están calculados para que el neumático conserve sus propiedades en un rango determinado de condiciones. No obstante, en algunos modelos, el fabricante indica cuánto hay que aumentar la presión en el caso de circular con el coche a plena carga, es decir, con todas sus plazas ocupadas más el peso del equipaje.
Ni por debajo ni por encima
La posibilidad de sufrir un reventón no es la única consecuencia de circular con una presión insuficiente. Esto puede reducir la vida útil de los neumáticos hasta un 20%. Es decir, en lugar de durar unos 40.000 kilómetros, habrá que sustituirlo a los 32.000 aproximadamente.
Por el contrario, una presión excesiva también perjudica a la cubierta, provocando un aumento anormal de la temperatura y un deterioro irregular y acelerado de la banda de rodadura.
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