El último Foro Económico Mundial (WEF) se celebró a finales de enero, como es normal, en Davos-Klosters (Suiza). Razón por la que esta organización no gubernamental internacional también es conocida como Foro Davos. Una vez más, no estuvo exenta de polémica.
Esta reunión anual convoca a líderes globales para responder a las crisis geopolíticas, estimular el crecimiento para mejorar los niveles de vida y gestionar una transición energética justa e inclusiva.
En esta ocasión, estaba prevista la asistencia de unos 3.000 líderes de más de 130 países. Por allí pasaron 350 jefes de Gobierno, entre ellos 60 jefes de Estado y de Gobierno de las principales regiones: compareció Donald Trump, también Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, o Pedro Sánchez.
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La polémica llegó por lo sucedido una semana antes del Foro Davos. En la citada localidad suiza, el límite de velocidad es de 30 km/h. Para controlar que los conductores no lo superan, en diciembre de 2024 se colocó un sistema de medición.
Durante semanas, esta cámara de velocidad funcionó sin problemas e interceptó numerosas infracciones cometidas en esta Zona 30. Según informa el diario Südostschweiz, siete días antes de la cita anual del Foro Davos fue desmantelada.

Una explicación que no convence
Los responsables de tráfico explicaron que es habitual colocar radares temporales en un lugar durante dos a cuatro semanas. De esta manera consiguen crear un efecto preventivo duradero entre los conductores.
A las autoridades políticas de Davos-Klosters, sin embargo, no les ha convencido esta explicación porque durante esta cita es frecuente que se produzcan excesos de velocidad en la ciudad. Y debido a la desaparición de este radar, se produjeron numerosas infracciones del límite establecido que han quedado impunes.
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