A principios de los años ochenta, la marca Peugeot se encontraba al borde de la quiebra tras haber sufrido graves problemas financieros. Pero entonces llegó al rescate un pequeño coche compacto, de estética original, mecánica sencilla, asequible y que pronto destacaría por un sobresaliente comportamiento y un gran dinamismo en su conducción.
Pero el origen del Peugeot 205 no era algo improvisado ya que venía de años atrás. Concretamente de 1977, cuando la marca del león decidió desarrollar un modelo pequeño para competir con el fenómeno de masas que había generado el Renault 5.
Bautizado en el código interno de la fábrica como M24, el proyecto sería encomendado Gérard Welter, responsable por entonces del estilo exterior de Peugeot y que ya había aportado a la marca ideas muy innovadoras y unos rasgos de personalidad que distinguieron la imagen de sus modelos.
Los ojos de Sofía Loren
Un ejemplo fueron los faros del Peugeot 504, inspirados en los ojos de la actriz italiana Sofía Loren según hizo saber el propio diseñador y que, desde entonces, han caracterizado a los coches de la marca por una peculiar mirada felina.
Apasionado desde siempre por la competición, Welter recibió el encargo con gran entusiasmo y se arriesgó rompiendo con lo anteriormente establecido. Abandonó las formas angulosas del compacto precedente, el 104, en favor de unas líneas más redondeadas y aumentó de una forma relevante las superficies acristaladas, infundiéndole un aspecto más moderno, ligero y atractivo.
El mercado pronto le daría la razón a su propuesta rupturista ya que el 205, presentado en 1982, se convertiría con el tiempo en el modelo más vendido de Peugeot sumando 5.278.300 unidades fabricadas hasta 1998, fecha en la que cesó su producción.
Edición limitada Lacoste
Y el acierto estético de Welter también se revalidaría porque, durante los quince años en los que estuvo a la venta el 205, el diseño se mantuvo fresco y prácticamente invariado en las sucesivas generaciones. Una intemporalidad en el diseño que incluso marcó ciertos rasgos característicos de modelos posteriores e incluso actuales, como la moldura de unión entre los pilotos traseros, heredados a través del tiempo por los actuales SUV 3008, 5008 y la berlina 508.
El lanzamiento del 205 se hizo con una gama basada en una sola carrocería de cinco puertas y tres motores de gasolina con cuatro potencias a elegir: 1.0 (45 CV), 1.1 (50 CV) y 1.4 (60 CV o 80 CV). Pero al año siguiente ya llegarían la exitosa edición limitada Lacoste y la versión más codiciada de todas, el GTI de tres puertas con motor 1.6 (105 CV) dotado de inyección electrónica en lugar del carburador convencional.
Y con el tiempo aparecerían otras variantes de corte deportivo, como la versión Rallye (103 CV) que se hizo tremendamente popular y equipaba un enérgico motor 1.3 con carburador de doble cuerpo. Aunque la más la espectacular de todas fue sin duda la edición especial 205 Turbo 16 (200 CV), limitada a 200 ejemplares y destinada a cumplir con los trámites de homologación del coche de carreras que disputó el Campeonato Mundial de Rallyes en la categoría de los Grupo B derivados de la serie.
Descapotable Pininfarina
Pero además de estos auténticos coches de competición llegarían al mercado otras opciones mucho más racionales, como la versión diésel 1.8 D (60 CV) y, ya en 1986 la más lúdica de todas, cuando el 205 se convirtió en un seductor descapotable diseñado por Pininfarina.
Sin embargo, el dinámico compacto francés no se limitó a su propio mercado y exportó su éxito a otros países y continentes dando origen a toda una saga de modelos que aún perdura hoy en dia (205, 206, 207, y 208). Además de Francia, otros países también los han fabricado: Reino Unido, Eslovaquia, Chile, Argentina, Brasil, Taiwan, Indonesia, Malasia e Irán.
Pero de especial relevancia ha sido su producción en la factoría española de Villaverde (Madrid) donde, en el caso del 205, se produjeron 1.188.811 unidades que supusieron más de la cuarta parte de todos los fabricados a nivel mundial.
Vencedor del París-Dakar
Muy apreciado en general por su agilidad y facilidad de conducir, el 205 se convirtió en un modelo icónico. Y no solo por las calles y carreteras de todo el mundo, también destacó triunfalmente en las competiciones más duras donde cosechó asombrosos éxitos. Entre ellos 16 victorias en el Campeonato Mundial de Rallyes y otras dos en el París-Dakar.
Además, ayudó a descubrir y consolidar a muchos jóvenes pilotos en las competiciones nacionales de Europa. Como fue el caso en España del Desafío Peugeot, famosa copa mono-marca de promoción que el 205 protagonizó con un gran éxito durante la década de los 80.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.