Las razones por las que el coche puede oler a quemado

No es muy normal, pero cuando se detecta este olor, puede proceder de diferentes partes del coche, algunas vitales.

Olor a quemado

Foto: Getty Images

La alta temperatura que alcanzan muchos elementos y sistemas del coche requiere que estén bien aislados del resto para no provocar problemas. Pero a veces este aislamiento falla o el propio componente eleva demasiado su temperatura, desprendiendo un olor a quemado diferente según el elemento del que proceda.

Hay cinco causantes básicos de olores mecánicos que pueden emanar de un vehículo: material de fricción, lubricante, goma, combustible y refrigerante. Todos, menos este último, pueden provocar algún tipo de incendio, aunque esto rara vez ocurre en la práctica.

Los materiales de fricción se encuentran en los frenos, embragues, transmisiones automáticas, transmisiones manuales, diferenciales y compresores de aire acondicionado, que huelen casi igual cuando se queman, lo que significa que el contexto en el que comienzan a oler es muy importante.

Hay que evitar a toda costa llegar a esta situación.

Frenos

Suele ocurrir cuando en un tramo se abusa de las frenadas, por ejemplo, bajando un puerto de montaña. El olor a quemado procede de las pastillas de freno y de los discos al rozarse con fuerza y por un periodo de tiempo prolongado.

Si no se aligera la presión o la frecuencia, puede incluso llegar a prenderse fuego, así que, si se detecta este olor y se ha abusado de los frenos, lo mejor es detener el coche y esperar unos minutos a que todo el sistema se refrigere.

Si los frenos se calientan mucho, pueden desprender un olor característico.

Embrague

Es más probable que pase con coches con cambio manual y un motor pequeño, que cuenta con un embrague más pequeño. Los ferodos del embrague se pueden desgastar al patinar ante un esfuerzo como, por ejemplo, subir una cuesta o, mucho peor, subirla marcha atrás.

Una rampa de garaje pronunciada, marcha atrás, es de las maniobras que más pueden hacer sufrir un embrague. Cuidado si comienza a oler a churrascado, porque se puede dañar el embrague y la avería no es precisamente barata.

Los ferodos de un embrague sufren ante esfuerzos extremos.

Correa del ventilador

La correa de distribución acciona diversos sistemas bajo el capó, como la bomba de agua, el alternador, la bomba de la dirección asistida o el compresor del aire acondicionado.

Cuando uno de estos accesorios del motor accionado deja de girar, la también llamada correa del ventilador aún se desliza sobre la polea, calentándola hasta que la goma de la correa comienza a quemarse.

Otra cosa es que se rompa. Entonces casi es más preocupante, porque aunque no huela a quemado, los componentes que deja de accionar, como la bomba de agua para refrigerar el motor, dejan de funcionar. Entonces el motor elevará tanto su temperatura que, si no se para a tiempo, la avería afectará a todo el bloque motor y será una de las más caras que se puede tener en un vehículo.

La correa de distribución es fundamental para la mecánica.

Aceite

El olor a quemado también puede proceder de algún tipo de pérdida de aceite. Y si este entra en contacto con el bloque motor, desprenderá este olor.

Cuando se queme, se pasará el olor. Pero lo que hay que buscar es de dónde viene esa fuga. Porque también puede pasar que proceda de un vertido involuntario al rellenar el depósito de aceite, por ejemplo. Por eso es conveniente limpiar los restos de aceite si se ha derramado fuera de la boca de llenado.

Si se derrama aceite, hay que limpiarlo y evitar que se queme.

Anticongelante

Cuando el anticongelante se calienta mucho, el alcohol que se incluye entre sus componentes emana un olor característico, como una mezcla entre caramelos y galletas. Se notará, sobre todo, al abrir el vaso de expansión para rellenarlo.

Si se detecta sin abrir el vaso, es que ha habido una brecha en el sistema de refrigeración y eso puede suponer que algún elemento no se esté enfriando como debe. Los dos elementos principales para revisar serían el radiador y la junta de culata.

El nivel del anticongelante suele ser muy fácil de comprobar.

Contacto eléctrico

Los problemas del cableado eléctrico son especialmente complicados, porque casi nunca se ven hasta que es demasiado tarde.

Hay que ser muy exigente a la hora de instalar un sistema de sonido o una alarma para el automóvil no originales. Porque los principales problemas vienen de instalaciones eléctricas hechas una vez sale el coche de fábrica.

No obstante, también puede ocurrir que algún componente eléctrico, por las propias vibraciones del vehículo, haga un mal contacto y provoque un cortocircuito que emita olor a quemado.

El cableado naranja lleva alta tensión. Si tiene zonas oscuras delata un sobrecalentamiento.

Catalizador

Se debe estar atento al olor a huevos podridos junto con la luz de control del motor. Si pasa esto, no se debe dejar el coche parado al ralentí sobre hierba alta, ya que podría prender y comenzar un incendio justo debajo del coche.

Los convertidores catalíticos utilizan metales raros como el platino y el paladio para finalizar cualquier proceso de combustión incompleto y descargar los gases de escape en forma de CO2 y agua.

Esto sucede en condiciones de mucho calor y, después de años de funcionamiento, el sustrato cerámico en forma de panal del catalizador se obstruye. En ese momento comienza el proceso de sobrecalentamiento y fusión. Cuando lo hace, huele bastante mal y su producción de energía se reduce notablemente.

Bajos de un coche con el sistema de escape y el catalizador en el centro.

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Alfredo Rueda

Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.

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