Mazda3, la máxima seguridad de serie

Mazda se rige por varias filosofías en el diseño de sus coches. Una de las más importantes el Jinba Ittai, la conexión entre hombre y máquina que busca que el automovilista disfrute de una conducción placentera. Algo que se plasma en aspectos tan fundamentales como la ergonomía, la visibilidad o la postura de conducción. Pero para que el conductor, así como el resto de los ocupantes, pueda sentirse protegido en el vehículo, otra faceta muy relevante es la seguridad.

La marca japonesa ha puesto especial acento en este punto en el nuevo Mazda3, dotándolo de una amplia selección de elementos de seguridad que se dividen en dos grupos: por un lado, los de seguridad pasiva y, por otro, los de seguridad activa, todos integrados en la tecnología i-Activsense.

Un avanzado compendio de sistemas de asistencia a la conducción que facilitan la tarea del usuario, proporcionándole información adicional sobre su entorno e interviniendo cuando la situación lo requiere. Para desmarcarse de otras marcas y democratizar la seguridad, este nuevo modelo cuenta de serie con soluciones como el control de crucero adaptativo, el sensor de aparcamiento trasero, control de ángulo muerto, aviso de cambio de carril, control de luces de largo alcance o incluso el ‘Head Up Display’, que proyecta la información clave directamente en el parabrisas.

A todo ello se pueden sumar funciones como la alerta de tráfico delantero, que emplea radares situados en el frontal para avisar al conductor sobre la presencia de vehículos en los ángulos muertos. Igual de interesante es el asistente de las condiciones de tráfico y la velocidad de crucero que, en casos de atascos y retenciones en autopista, ayuda en las tareas de aceleración, frenado y dirección del vehículo.

Como parte de la preocupación por el bienestar del conductor que caracteriza a Mazda, el compacto tiene disponible el Driver Monitoring, un detector de fatiga que vigila el estado de quien se encuentra al volante. Combinando un LED y una cámara de infrarrojos, analiza multitud de variables (tales como el grado de apertura de los ojos, las veces que se parpadea, la línea de visión o el gesto de la boca) para determinar el nivel de fatiga del conductor. Si es demasiado elevado, el nuevo Mazda3 emite un aviso acústico para alertar de la situación. Es más, en dichos casos entra en acción el sistema de asistencia de frenada de emergencia para reducir el tiempo necesario para detener el coche.

La lista de sistemas de seguridad de serie es de lo más extensa, añadiendo a los ya mencionados el asistente de velocidad inteligente, el monitor de visión de 360 grados, el reconocimiento de señales de tráfico, los faros full LED adaptativos y un nuevo airbag de rodilla para el conductor.

Seguro desde su propia naturaleza

Si los anteriores elementos actúan de forma activa, el Mazda3 también es seguro desde su propia concepción, incorporando mejoras que garantizan la protección tanto de los que van dentro del coche como de los que están fuera de él.

Así, la nueva generación cuenta con un 30% de acero de alta resistencia en su estructura (el anterior tenía un 3%), formando una viga perimetral y los bastidores traseros que resisten mejor los impactos y absorben la energía de una manera efectiva. Además, en el caso de sufrir un choque, el nuevo airbag de rodilla, inédito en los vehículos Mazda, limita el movimiento hacia adelante del cuerpo, reduciendo la gravedad de las lesiones que se puedan sufrir en piernas, abdomen y pecho.

Por último, en el caso de atropello de peatones, el capó presenta una nueva estructura de absorción de energía que amortigua el golpe, rebajando la fuerza del impacto que sufren las piernas, rodillas y cabeza del viandante.