El neumático es uno de los componentes que tienen más trascendencia en la conducción de los automóviles. Son los encargados de mantener la adherencia del vehículo sobre el asfalto, transmitir al suelo la potencia del motor, garantizar la eficacia de la frenada y mantener la precisión en los cambios de dirección.
En su producción, los fabricantes están obligados a reflejar en sus diferentes modelos los datos más importantes para su posterior comercialización. Así, mediante cifras y códigos normalizados certifican las medidas adecuadas para cada vehículo, la fecha de fabricación, la velocidad máxima a la que pueden someterse…
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Pero hay otras especificaciones menos conocidas que son de vital importancia para su correcto montaje. Se trata de unos puntos de color rojo, a veces también con forma de triángulo, que se ven en los flancos del neumático cuando están nuevos y que, en muchas ocasiones, desaparecen por decoloración con el uso o simplemente cubiertos por la suciedad.
El punto rojo del neumático
Estos puntos o triángulos de color rojo tienen el cometido de conseguir un buen montaje de la rueda en el coche. En concreto, facilitan el equilibrado, porque marcan el punto máximo de variación de fuerza radial (RFV por sus siglas en inglés), un defecto inapreciable a la vista y provocado porque ningún neumático es perfecto en cuanto a su forma ni la rigidez de su estructura.
Además, la llanta donde se monta el neumático tampoco es completamente uniforme, y en algunos modelos presentan otra marca en el punto donde su peso es mayor y genera más fuerza centrífuga al rotar sobre su eje. Es una marca que, cuando se monta el neumático, se tiene en cuenta junto con el punto rojo donde este es más rígido, lo que permite al mecánico equilibrar mejor el conjunto mediante unos contrapesos.
El correcto equilibrado de los neumáticos es muy importante. Por un lado, eliminan posibles vibraciones en las ruedas que afectan a la comodidad de marcha y provocan un desgaste anormal y prematuro del neumático.
Y, por otro, este giro defectuoso de las ruedas también puede llegar a afectar negativamente a partir de ciertas velocidades a la propia marcha del vehículo e incluso dañar los elementos propios de la suspensión, como son los amortiguadores.
Marcas amarillas y blancas
Al igual que estas marcas de color rojo, en algunos neumáticos también se pueden apreciar otras de color amarillo. Y los puntos o triángulos de este color indican el lugar donde el neumático es más ligero, que es otra referencia útil a la hora de realizar un equilibrado estático haciéndolo coincidir con el punto de la llanta donde se encuentra la válvula de inflado, en el caso de no disponer de la máquina equilibradora que poseen los talleres especializados.
Por otro lado, en algunos modelos de neumático también se pueden apreciar pequeños círculos de color blanco que marcan el lugar de variación de fuerza radial (RFV) mínimo, es decir y al contrario que el RFV máximo, la zona donde el neumático presenta su mayor flexibilidad.
Sin embargo, esta marca de color blanco puede inducir a error, porque hay otros fabricantes que señalizan de esta misma forma su visto bueno en cuanto al control de calidad.
Todas estas marcas no son obligatorias y su uso a la hora de montar los neumáticos depende de las diferentes marcas. Por ello, es conveniente informarse de su correcto uso acudiendo directamente al fabricante.
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