Pocas personas para muchos coches: las ciudades están al borde del colapso en varios momentos del día. Así se resume la idea trasladada por el director general de Tráfico, Pere Navarro, en la inauguración del Foro Trafic en Ifema Madrid, durante la segunda jornada del Global Mobility Call. Afuera, los aparcamientos del recinto y las calles adyacentes estaban desbordados, y no les ha sido fácil llegar a los pabellones feriales a los participantes ni a los visitantes de la jornada. “Tenemos problemas en las grandes ciudades en las horas punta, tanto a la entrada como a la salida en los días laborables. Es un problema de primera magnitud”, ha valorado Navarro.
Ocurre que las cifras no tienen sentido, a juicio del director de Tráfico. “Hicimos mediciones en la A-2 y en la A-1 y comprobamos la ocupación [de los vehículos]; el 85% de los coches va con único ocupante. Les diría que mover 1.000 o 1.500 kilos para desplazar una sola persona no nos lo podemos permitir. Es un disparate”, ha dicho Navarro.
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“No podemos mantener un discurso de sostenibilidad mientras tenemos lo que tenemos”, ha reflexionado. Esta realidad que se repite a diario sobre el asfalto –de siete a nueve de la mañana y de cinco a siete de la tarde– supone “un coste en productividad, un coste económico para las personas y un coste hasta psicológico”.
El objetivo se explica con matemáticas básicas: poner dos personas en cada coche para dividir a la mitad el número de vehículos, el consumo de combustible y las emisiones. “¿Por qué no lo intentamos? El reto es aumentar la ocupación de los vehículos. La capacidad de las ciudades está al límite”, ha insistido Navarro.
Coches compartidos
Algunas de las posibles soluciones, ya conocidas pero con capacidad de crecimiento, se han puesto en común en el Foro Trafic, como la función Boost de BlaBlacar, estrenada después de la pandemia. Con ella, el algoritmo consigue que el conductor encuentre pasajeros a lo largo de su viaje, sin necesidad de fijar la cita antes de la partida.
Este sistema ha permitido a la compañía “incrementar el número de localidades conectadas”, lo que facilita la vida, en particular, de los “usuarios que viven en pueblos pequeños”, según ha explicado Itziar García, directora internacional de Comunicación y Relaciones Institucionales de la compañía. En 15 años, BlaBlaCar ha unido el 86% de las localidades españolas en alguna ocasión. “El 14% que nos queda por conectar [pueblos desperdigados de la España rural] son un reto”, ha admitido García.
Una propuesta similar es la de UberX Share, sintetizada por la directora general de Uber España, Lola Vilas. La idea es “compartir trayecto con otras personas que van en la misma dirección”, lo que permite “hasta un 30% de descuento” en comparación con un servicio similar de UberX.
“Estamos transportando a más personas con menos vehículos, con la huella que esto tiene en la reducción de las congestiones y la mejora de la calidad de vida”, ha sintetizado Vilas. Y sin un retraso significativo: “El reto es que no supere en más de ocho minutos el [tiempo de viaje] original”. Madrid es la sexta ciudad europea en contar con este servicio, utilizado desde mayo por 150.000 personas. Este miércoles se ha estrenado la conexión del centro urbano con el aeropuerto de Madrid-Barajas.
Viajes pagados por el Ayuntamiento
Otro caso de éxito es el registrado en Vitoria mediante la cofinanciación público-privada. El conductor particular se asocia con pasajeros que van al mismo destino y el viaje lo pagan a medias el Ayuntamiento y el usuario.
Detrás de esta iniciativa está la empresa Karos mobility, con presencia en siete países europeos y más de 10 millones de viajes compartidos. Sus pilares son tres: tecnología para proponer itinerarios puerta a puerta, no competir con el transporte público (si existe una línea de autobús que cubre un recorrido, la recomiendan) y colaborar con las Administraciones y las empresas.
A diario, unas 40.000 personas van en coche a los polígonos y parques empresariales de Vitoria. La plataforma pone en contacto a los conductores con los viajeros, que desembolsan 60 céntimos si el recorrido no supera los 15 kilómetros. A su vez, el propietario del coche recibe 1,50 euros: los 90 céntimos de diferencia los abona el Ayuntamiento vitoriano. “Para hacer cambiar los hábitos de movilidad, para que [los trabajadores] dejen su coche en el garaje, necesitan incentivos económicos”, resume Aurélien Ouvrard, responsable de despliegue de Karos Territorios.
Menos emisiones de CO2
En los 10 meses de funcionamiento, Karos Mobility ha registrado a 1.500 usuarios y suma ya 48.000 viajes compartidos, “la mayoría en horas punta”. Y como dato fundamental, los coches trasladan en su interior un promedio (matemáticas básicas puras) de 2,75 ocupantes; lo común en las grandes ciudades en España, según diversos estudios, es que los coches lleven 1,2 ocupantes en los trayectos urbanos. La compañía, presente también en Onda (Castellón) desde hace un mes, calcula que en la capital vasca se ha evitado la emisión de 100 millones de toneladas de CO2.
La DGT defiende las soluciones alternativas basadas en la tecnología y descarta abrir más espacio a los vehículos: “La experiencia nos dice que a más carriles, más coches. Esto ya lo intentamos a finales del siglo pasado y [las carreteras] se llenaron”, ha justificado Navarro.
A medio y largo plazo, además, Tráfico apuesta por impulsar el ferrocarril para llegar a las ciudades. “El futuro está en el tren; Cercanías es el gran elemento para transformar la movilidad urbana. Pero ese cambio puede tardar 10 años. Mientras tanto, ¿qué hacemos? Compartir es un reto y también una necesidad. El futuro del tráfico será compartido o no será”, ha concluido Navarro.
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