¿Vuelve el Mitsubishi Eclipse?

El Mitsubishi Eclipse Cross es un SUV que se sitúa muy lejos de posicionarse como un sucesor del deportivo original. Esto ha llevado al diseñador de automóviles independiente Andrey Sulemin a crear un nuevo concepto sólo digital con una silueta baja.

Este Eclipse ficticio de quinta generación tiene las proporciones de un deportivo con motor delantero y tracción trasera, similar al Toyota GR Supra o al Nissan Z, que podrían ser sus principales rivales si Mitsubishi decidiera resucitarlo.

Rasgos conocidos

El modelo digital tiene algunas referencias a generaciones pasadas del Eclipse, junto con rasgos modernos tomados de otros fabricantes de automóviles, como la pronunciada barbilla o el perfil de estilo Mazda.

Las luces led horizontales ultrafinas del frontal parecen inspiradas en los modelos Eclipse de primera y segunda generación, o en el actual Hyundai Kona, al igual que las luces traseras de ancho completo.

El prototipo también incorpora faros de estilo pixelado montados en las tomas del parachoques, así como un gran difusor en la zaga. Otro elemento de estilo son los guardabarros traseros redondeados. Las llantas de aleación pintadas en blanco, al estilo BBS, la suspensión regulable y el alerón trasero son guiños a la cultura del tuning japonés.

Mecánica sin definir

Sulemin no ha entrado en detalles sobre la elección de la mecánica de su proyecto, pero la ausencia de parrilla y de tubos de escape puede hacer pensar que se ha concebido como un vehículo eléctrico.

El objetivo del diseñador de Shanghai era imaginar un presente alternativo para Mitsubishi, ya que considera que la marca está “básicamente muerta para los amantes de los coches” en lo que respecta a la gama actual.

El Eclipse fue uno de los deportivos japoneses más conocidos, con más de 900.000 unidades vendidas entre 1989 y 2011. Desde su desaparición de la gama de Mitsubishi, la marca ha inspirado varios proyectos de diseño independientes. Sin embargo, a juzgar por el estado del mercado y las tácticas de ahorro de costes de la firma nipona, un renacimiento del deportivo parece poco probable.