La relación entre Elon Musk y Bill Gates, dos de las mentes más influyentes del mundo tecnológico, ha sido todo menos armoniosa. Más allá de sus diferencias filosóficas sobre filantropía y el futuro de la humanidad, un episodio en particular alimentó la llama de su discordia: la compra efectuada por Bill Gates de un coche eléctrico. El multimillonario prefirió un Porsche Taycan antes que un Tesla.
En una entrevista con el famoso Youtuber Marques Brownlee, Gates reveló su preferencia por el vehículo eléctrico alemán, elogiando su “atractivo” y sus prestaciones. Esta decisión no sentó nada bien a Elon Musk, quien no tardó en expresar su decepción a través de la red social X. “Mis conversaciones con Gates han sido decepcionantes, para ser honesto”, tuiteó Musk, dejando claro que la elección de su rival había tocado una fibra sensible.
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Un desplante con trasfondo
Pero la elección del Porsche Taycan fue solo la punta del iceberg. La tensión entre Musk y Gates se había intensificado previamente cuando se descubrió que Gates había colocado una posición corta de 1.500 millones de dólares —o lo que es lo mismo, invertir por la caída de un valor— en acciones de Tesla, una jugada que Musk consideró una traición, ya que, esencialmente Gates estaba apostando contra el éxito de la compañía de coches eléctricos.
Los mensajes de texto filtrados revelaron la frustración de Musk, quien se negó a colaborar con Gates en iniciativas filantrópicas relacionadas con el cambio climático, argumentando que no podía tomar en serio su compromiso con la causa mientras apostaba contra el éxito de Tesla.
De la admiración al desdén
A pesar de sus diferencias, Gates ha reconocido en varias ocasiones el impacto positivo de Tesla en la industria automotriz, admitiendo que la compañía de Musk ha sido un catalizador para la adopción de vehículos eléctricos. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para suavizar la relación entre ambos multimillonarios.
La rivalidad entre Musk y Gates va más allá de una simple preferencia automovilística. Representa un choque de visiones sobre cómo abordar los desafíos del mundo moderno. Mientras Gates aboga por la filantropía tradicional y la inversión en causas sociales, Musk apuesta por la innovación tecnológica como motor de cambio.
Un futuro incierto
A pesar de los encontronazos públicos y las diferencias irreconciliables, Gates no descarta la posibilidad de colaborar con Musk en el futuro. Sin embargo, queda la duda de si Musk estará dispuesto a dejar atrás el pasado y perdonar el desplante del Porsche Taycan. Lo que es seguro es que la batalla entre estos dos titanes de la tecnología seguirá dando mucho de qué hablar.

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