La electrificación del sector del automóvil se antoja imparable, entre otras razones por las exigencias en materia de emisiones de las autoridades europeas, sin olvidar por supuesto la necesidad de su reducción como cuestión clave en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la penetración de los vehículos eléctricos sigue siendo residual en el mercado español, como demuestran las 7.470 unidades vendidas de enero a septiembre, según datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM).
Una cifra que representa, pese a un importante crecimiento del 111% respecto al mismo periodo del año anterior, un porcentaje de solo el 0,9% del total de las matriculaciones de turismos. Además, el 59% de estas unidades se destinaron al sector empresarial, con lo que resulta evidente que su calado entre los consumidores particulares es incluso inferior.
Más información
Muchas son las dudas, incertidumbres y desafíos que genera este proceso de descarbonización de la movilidad, tantas que incluso el director general de Tráfico ha puesto en duda los plazos que se plantean al respecto. Pere Navarro, durante el desarrollo de un desayuno informativo celebrado en Madrid, ha realizado unas declaraciones contundentes al respecto que recoge la agencia Europa Press: “Cometimos el error de vender un producto que no teníamos en la estantería. No tenemos dónde enchufarlo y su precio es carísimo. Nos equivocamos todos”.
En opinión del máximo responsable de la DGT es necesario “resolver la precariedad” laboral antes de poder aconsejar a los usuarios “que compren un coche nuevo y además eléctrico”. Una de las claves en este sentido para Navarro reside en la creación de infraestructuras adecuadas: “Donde haría falta, en la ciudad y en los aparcamientos, es difícil enchufarlo. Sin embargo, el que vive fuera de las ciudades tiene más facilidades para hacerlo. Sin infraestructura de carga no hay coche eléctrico”.
Curiosamente, el futuro de la movilidad urbana es para el director general de Tráfico diferente del que se está planteando: “Lo que vienen son los desplazamientos a pie por el envejecimiento de la población. La gente mayor camina, así que habrá que dejar libres las aceras para poder hacerlo”.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram