Una turba destroza un robotaxi de Google: guerra abierta en San Francisco contra los coches autónomos

Una de las fantasías más recurrentes en los libros de los años setenta y ochenta del siglo XX, era que los coches, a partir del año 2000, volarían sobre las ciudades para mejorar la movilidad de las personas. Supuestamente, los atascos se iban a terminar gracias a que la población se desplazaría por el aire.

Lo cierto es que ya se ha consumido un cuarto del siglo XXI y lo más futurista en algunas ciudades son los coches autónomos. Vehículos, en este caso taxis o también denominados robotaxis, que son capaces de recoger a su pasajero y llevarlo al punto de destino sin que un conductor de carne y hueso se encargue del manejo del automóvil.

San Francisco, en Estados Unidos, ha sido una urbe pionera en este sentido. Dos empresas, Waymo y Cruise, han sido las encargadas de ofrecer este servicio a la población de la ciudad del Golden Gate. La compañía Cruise, propiedad de General Motors, ya no opera con sus robotaxis, ya que la máxima autoridad estatal del transporte le ha retirado la autorización de actividad tras acusarla de ocultar información de siniestros de tráfico.

Problemas durante las emergencias

Los robotaxis se convirtieron rápidamente en una de las atracciones de la ciudad durante los primeros meses de este tipo de movilidad futurista. Además, un gran número de clientes de este servicio se esfuerzan por su mantenimiento, puesto que se sienten más seguros que cuando conductores humanos los trasladan.

Aunque lo cierto es que el grueso de la población y las autoridades están comenzando a examinarlos con recelo. Desde hace unos meses, los incidentes protagonizados por estos vehículos autónomos han terminado con la paciencia del jefe de bomberos de la ciudad, que ha declarado que estos robotaxis han interferido en hasta 55 ocasiones durante 2023 en las tareas de extinción de incendios.

Accidentes de tráfico

Que un taxi autónomo obligue a los bomberos a llegar tarde a una emergencia es una de las muchas protestas que se han dejado sentir contra estas empresas. La prensa local de San Francisco ha dado cuenta de atropellos a ciclistas, robotaxis que entraban en zonas acordonadas por la policía o choques con camiones de bomberos que respondía a una emergencia.

Aunque el accidente más grave hasta la fecha tuvo lugar en octubre pasado, cuando una mujer, a la que acababa de atropellar un vehículo, quedó atrapada debajo del taxi autónomo y este la arrastró durante varios metros. Este incidente puso en pie de guerra a gran parte de la ciudadanía y obligó a retirar la licencia a la compañía de taxis Cruise.

Robotaxi ardiendo

Esta problemática con los taxis autónomos ha llegado a su punto culminante cuando una turba ha incendiado una de las unidades de la compañía Waymo (propiedad de Google) en el barrio chino de San Francisco.  Un portavoz de Waymo explicó a la agencia de noticias Reuters que el vehículo se encontraba circulando por una calle en Chinatown cuando la gente lo rodeó, haciendo que se detuviera. 

Momentos después, golpearon la carrocería y las ventanas hasta que las rompieron, momento en el que alguien aprovechó para arrojar arrojó fuegos artificiales dentro, provocando el incendio. Afortunadamente, no había pasajeros en su interior. Según las autoridades, se desconoce el motivo del ataque, pero se ha detectado una creciente ira hacia estos taxis sin conductor.