De los pequeños utilitarios de baterías solo para uso urbano, a los grandes familiares para todo, ciudad o viajes por carretera. Es un ejemplo de la evolución del coche a pilas y es también lo que refleja la primera oleada de SUV eléctricos 100% que llegarán al mercado en los próximos meses.
Los estrenos incluyen de todo, pero destacan dos modelos compactos y asequibles, los Hyundai Kona EV y Kia Niro EV, que comparten base mecánica y anuncian ya 482 kilómetros de autonomía oficial. Hay otros más grandes, como los Audi e-Tron y Mercedes EQC, o el espectacular Porsche Mission E Cross Turismo. Pero todos estos SUV eléctricos, al igual que los Tesla Model X y Jaguar i-Pace, pioneros de los SUV a pilas, han nacido con la misma aspiración: cumplir como coche principal de la familia.
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La rápida evolución de las baterías está acelerando la electrificación del automóvil, aún incipiente por los altos precios de los modelos disponibles y la falta de infraestructuras públicas de recarga. Pero las perspectivas de futuro son optimistas e incluyen historias de éxito, como la de Noruega, que lo corroboran.
En el caso de las baterías, la evolución de las del Nissan Leaf, pionero de los coches eléctricos fabricados en serie, ilustra las mejoras. Así, cuando salió al mercado en 2010 tenía 170 kilómetros de autonomía oficial, subió a 199 en 2013, a 250 en 2015, y ha llegado a 378 kilómetros en el nuevo modelo de 2017. Y para final de año se espera otra versión con un 50% más de capacidad de baterías, 60 kWh, que superará los 500 kilómetros de uso, según el anterior ciclo NEDC de homologación, que bajará a unos 400 en conducción real y con el nuevo ciclo WLTP, mucho más exigente.
Un aspecto importante de la evolución histórica del Leaf es que sus precios han subido mucho menos que su radio de acción, lo que indica que aparte de ganar autonomía, se ha reducido mucho el coste de las baterías.
Otro punto reseñable es que el aumento del kilometraje se ha acelerado con el paso del tiempo, y lejos de llegar a su techo, las próximas baterías, de 100 kWh e incluso más capacidad, superarán con facilidad los 500 kilómetros de uso en condiciones reales y con el nuevo ciclo de homologación WLTP. Esa es la frontera que permitirá afrontar viajes de largo radio sin agobios, también con los SUV eléctricos. Y con las futuras baterías ya sin litio, como las de estado sólido o grafeno, se esperan ganancias exponenciales.
El aumento de capacidad de las baterías tiene también inconvenientes: dispara el tiempo de recarga. Así, en los enchufes domésticos, de apenas 2 kW, se puede tardar 50 horas en cargar baterías de 100 kWh. Y con los postes murales para plazas de garaje de hasta 8 kW que ofrecen algunas marcas, se baja a una cuarta parte, pero sigue siendo excesivo.
Sin embargo, el desarrollo de postes de recarga ultrarrápida se está acelerando mucho y pronto será posible hacer recargas en ruta para recorrer 300 o 400 kilómetros en solo 15 o 30 minutos, lo que se tarda en tomar un café. Además, se ha creado un consorcio de marcas de automóviles para desplegar una red de carga superrápida en las principales autopistas y que los coches eléctricos pueden viajar con total garantía.
En realidad, estos son los últimos flecos pendientes para viabilizar una tecnología que se acerca a grandes pasos a la madurez y revolucionará el automóvil. Los nuevos SUV eléctricos previstos para los próximos meses son una buena demostración.
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