Cómo evitar los puntos ciegos en los retrovisores

A la hora de conducir es tan importante tener una visibilidad nítida de lo que sucede delante del vehículo como de lo que ocurre por detrás. Aunque parezca increíble, los ángulos muertos en los espejos retrovisores causan infinidad de accidentes, los cuales pueden llegar a ser sobrecogedores dependiendo de la velocidad del vehículo y el tamaño del mismo.

Los puntos ciegos o ángulos muertos son aquellos en los que se sitúa un vehículo o peatón sin que sea posible para el conductor verle a través de los espejos retrovisores. Como se ha dicho, generan una gran cantidad de siniestros, por ejemplo, solo en Estados Unidos se contabilizan al año casi un millón de colisiones por culpa de los puntos ciegos.

Esta imposibilidad por parte del conductor de detectar al resto de actores de la vía, es exponencial cuanto mayor sea el tamaño del vehículo que se conduce. Así, una motocicleta dispone de menores campos de puntos ciegos que un camión con remolque o tráiler. 

Configuración de los puntos ciegos

La causante de los ángulos muertos en la visión del conductor es la geometría. Esta rama de la matemática es la encargada del estudio de las propiedades de las figuras en el espacio o en el plano. Los espejos retrovisores del vehículo muestran un campo de visión que queda delimitado por una línea recta que parte de los ojos, se refleja en el espejo y se extiende hacia atrás.

Cualquier objeto que esté fuera de esa zona de visión, se va a volver invisible para los ojos del conductor, aumentando cuanto mayor sea el vehículo y más desajustados se encuentren los retrovisores. Aunque se pueden minimizar estas áreas ‘oscuras’, se deben de conocer de antemano dónde se sitúan en cada vehículo que se vaya a conducir.

Cómo evitar los ángulos muertos

Como se ha comentado, los puntos ciegos son directamente proporcionales al tamaño del vehículo, y aunque no se pueden eliminar al 100% sí que se consigue reducirlos mediante unos sencillos consejos. Solo hay que seguir estas advertencias:

• Antes de iniciar la marcha se debe ajustar bien el asiento y los espejos retrovisores. Será esencial para tener una buena visibilidad y poder maniobrar correctamente. En el siguiente vídeo se muestra la manera óptima.

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• Para colocar correctamente los espejos retrovisores laterales y que eliminen la mayor cantidad de puntos ciegos, hay que ver lo mínimo el final del vehículo, lo justo para tener una referencia espacial. Cuanto menos zona de la carrocería se vea, mayor será el campo de visión.

• Es imprescindible echarse hacia delante, acercándose al volante, a la hora de mirar por los retrovisores hay que girar un poco la cabeza para comprobar quién viene por los laterales del vehículo antes de adelantar o cambiar de carril.

Ayudas electrónicas

Si el vehículo es de última generación, seguro que incorpora sistemas de ayudas a la conducción, denominados ADAS. Entre otros, montará el detector de ángulo muerto que identifica la presencia de vehículos en los laterales del coche, concretamente en los puntos ciegos, alertando al conductor con una señal acústica o luminosa en el espejo retrovisor o a través de una vibración en volante.