El día más peligroso del año para conducir está cerca: así te afecta sin que lo notes

Dentro de unos días, durante la noche del sábado 25 al domingo 26, tendrá lugar el cambio de hora. Los relojes se retrasarán y a las tres, serán las dos. Los conductores ganan una hora de descanso, pero esta modificación es, también, peligrosa.

A partir de ese momento, los días se acortan y la luz solar empieza a escasear hasta el 21 de diciembre. Esto tiene un impacto directo en la conducción: el 90% de la información que recibe el cerebro al volante llega a través de la vista, y ahora esa percepción se ve comprometida por condiciones más exigentes.

Con menos luz, las pupilas se dilatan y el ojo comienza a depender más de la visión periférica. En la práctica, esto provoca una ligera miopía nocturna, que reduce la precisión visual y aumenta el riesgo de errores al volante.

Conducir de noche implica enfrentarse a una mayor fatiga visual, lagrimeo y picor de ojos. Además, la capacidad visual se reduce en un 30% y la agudeza llega a caer hasta un 70%. También se ve afectado el sentido de la profundidad y la precisión para calcular distancias, lo que incrementa el riesgo de accidente.

Para minimizar estos efectos, es fundamental extremar la precaución al volante. Respetar los límites de velocidad, seguir las señales de tráfico y aumentar la distancia de seguridad son claves para ganar tiempo de reacción y compensar la pérdida de visibilidad.

Más somnolencia

El cambio de hora, además, provoca desajustes en las personas. Retrasar el reloj una hora produce cierto descontrol en el descanso: puede ser menor y de peor calidad. Esto repercute en la salud de las personas y, en el caso de los conductores, se traduce en un mayor riesgo de sufrir somnolencia y fatiga.

En estas condiciones, los conductores tienen menos reflejos y cometen más errores. Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda seguir un horario regular de comidas y descanso. Hace especial énfasis en el hecho de dormir las ocho horas recomendadas. Pautas especialmente importantes en los días posteriores al cambio de hora.

La DGT recuerda, asimismo, que el cambio de hora también puede afectar al estado de ánimo de los conductores, provocando nerviosismo, ansiedad o tristeza. A estos sentimientos hay que añadir las distracciones, el dolor de cabeza o la irritabilidad. Todo esto puede influir en la conducción.