La historia de la carretera más cara del mundo 

Por ahora, están operativos ocho kilómetros de los casi 13 previstos. Pero las obras avanzan y, pese a las importantes dificultades técnicas, esta impresionante obra civil marcará un hito por su precio cuando se concluya, según lo previsto, dentro de cuatro años. 

Se trata de una vía muy singular que se asienta sobre el océano y que enlaza la capitalina San Denis con la localidad de La Posesión, dos urbes ubicadas al norte de la isla La Reunión.

Y aunque esta ínsula se encuentre próxima a Madagascar, en pleno océano Índico, es territorio europeo de pleno derecho, ya que constituye uno de los departamentos de ultramar que conforman Francia.

Inaugurada al tráfico el pasado año, la singular carretera que bordea el extremo septentrional de la isla de La Reunión ha costado hasta ahora la exorbitante suma de 2.000 millones de euros, a los que se estima se añadirán otros 500 para completar su ejecución. Todo un récord en este tipo de obras que hará de este tramo suspendido sobre el mar una de las infraestructuras de comunicación más espectaculares del planeta.  

Viaductos y espigones

Bautizada como Nueva carretera litoral, el proyecto ha conocido no pocos problemas técnicos en su ejecución y retrasos debido a la escasez materiales. Su construcción comenzó en 2015 y alterna los viaductos suspendidos con espigones edificados sobre el mismo fondo marino, con la finalidad de descongestionar la antigua y peligrosa carretera que recorre aquella costa. 

La decisión de acometer la nueva obra es que en la anterior carretera acechaban muchos peligros a los automovilistas, a causa de los constantes derrumbamientos que se producen en los acantilados que bordean el norte de la isla, y también por los embates climatológicos como las inundaciones, que afectan habitualmente a su circulación. Una circulación que es importante ya que, a diario, unos 60.000 vehículos se desplazan entre estas dos ciudades insulares. 

Abierta al tráfico en un solo sentido en 2022, ahora se acaba de inaugurar de nuevo, pero en ambas direcciones. Y a los numerosos problemas y retrasos que se han sucedido durante su construcción, habrá que sumar otros de ámbito judicial, ya que la Administración gala ha detectado indicios de irregularidades en la contabilidad de tan onerosa y faraónica construcción.