La alerta se ha extendido y en España la Policía Nacional también ha registrado un importante incremento de las denuncias por el robo del catalizador en los vehículos. Ningún automovilista está a salvo de esta nueva plaga de sustracciones, pero son los profesionales del taxi los que más la están sufriendo.
Y es porque el Toyota Prius, un coche híbrido y poco contaminante que se ha generalizado por sus ventajas en el gremio del taxi, es de los modelos más afectados por los robos. El fenómeno delictivo ha provocado escasez en el repuesto original y el gremio ha manifestado el gran perjuicio que supone para los profesionales tener que cesar su actividad hasta poder reeemplazar la pieza sustraída. Una espera que entre los trámites del seguro, la disponibilidad del repuesto y la reparación en el taller, se puede prolongar más de un mes.
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Los amigos de lo ajeno han visto un filón en la sustracción y el tráfico ilegal de catalizadores, una pieza destinada a depurar los gases de escape para no contaminar y que en su interior contiene metales preciosos como paladio, platino y rodio. Y esta nueva minería resulta además muy sencilla pues, por su ubicación en el sistema de escape, los catalizadores quedan muy expuestos bajo el coche y basta desatornillarlos o cortar el tubo de escape con una sierra radial para desmontarlo en pocos segundos.
Tipos de protecciones
Pero el problema no es local y se repite con el mismo procedimiento en muchos países. Tanto es así que en Estados Unidos el fabricante Toyota ha puesto a disposición de sus clientes unos protectores que dificultan el desmontaje del catalizador. Se trata de una pieza de chapa fabricada por la industria auxiliar y que la marca vende como un accesorio opcional y cubre la zona del escape donde se encuentra el codiciado componente.
Además, ya se pueden encontrar en el mercado otros sistemas de protección similares que dificultan la acción de los ladrones. Son unas chapas metálicas, generalmente de aluminio, parecidas a las que ya ofrece Toyota al otro lado del Atlántico o kits adaptables y compuestos por unos cables que enjaulan el catalizador para protegerlo ante las manipulaciones de los ladrones.
Además, algunos automovilistas han optado por soluciones más artesanales, mediante barras o varillas soldadas al chasis que dificultan el acceso al catalizador. Pero, al igual que las anteriores, en España se plantea un problema añadido a la hora de pasar la ITV ya que por el momento y en general no son piezas oficialmente homologadas y han sido añadidas al vehículo alterando sus especificaciones originales.
El robo del catalizador es un nuevo y costoso problema que se suma a los ya muy numerosos que afectan en estos tiempos a los automovilistas y profesionales del taxi. Y la solución es complicada porque depende de factores muy diversos que van desde las medidas contra la delincuencia hasta el suministro de piezas para automoción, las compañías aseguradoras y por las propias normas de homologación e inspección periódica de los vehículos.
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Cuatro décadas informando sobre el mundo del motor y probando coches de todas las categorías. Después de trabajar en diversos medios especializados (Velocidad, Auto1, Solo Auto, Motor 16, Car and Driver, EcoMotor...), ahora en Prisa Media para seguir cubriendo la actualidad en plena revolución tecnológica del automóvil.