Cada año, con la llegada del verano, millones de conductores españoles se lanzan a la carretera para disfrutar de sus vacaciones. Sin embargo, las altas temperaturas no solo afectan a las personas, también ponen a prueba la resistencia y fiabilidad de los automóviles.
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Según la empresa alemana Carly, especializada en diagnóstico automotriz, las olas de calor provocan un aumento significativo de ciertas averías mecánicas, muchas de las cuales podrían evitarse con una revisión preventiva.
Batería
Aunque suele fallar más en invierno, el calor acelera el deterioro químico de la batería, especialmente en vehículos con más de tres años. Las altas temperaturas provocan la evaporación del electrolito y aumentan el riesgo de sobrecarga. Una batería defectuosa puede dejar el coche inmovilizado en el peor momento. Sustituirla cuesta entre 100 y 300 euros, pero una revisión a tiempo puede evitar el problema.
Sistema de refrigeración
El sobrecalentamiento del motor es una de las causas más frecuentes de avería en verano. Un nivel bajo de refrigerante, un radiador obstruido o con fugas o una bomba de agua defectuosa pueden desencadenar una avería grave. Las reparaciones oscilan entre 70 y 800 euros, pero si se ignora el problema, el coste puede multiplicarse al afectar al motor.
Aire acondicionado
Más allá del confort, el aire acondicionado es esencial para mantener la concentración del conductor. Las fugas de gas, los compresores averiados o los condensadores sobrecalentados son fallos comunes en verano. Las reparaciones pueden superar los 1.000 euros si se requiere cambiar componentes clave.
Aceite y transmisión
El calor reduce la viscosidad del aceite, lo que compromete la lubricación del motor y la transmisión. Esto puede provocar un desgaste acelerado o incluso la rotura de piezas internas. El coste de reparación puede superar los 3.500 euros. Revisar y cambiar el aceite según las recomendaciones del fabricante es una inversión que protege el corazón del vehículo.
Neumáticos
Las altas temperaturas aumentan la presión de los neumáticos, lo que puede provocar reventones, especialmente si están desgastados o presentan grietas. Un fallo en carretera puede costar entre 100 y 800 euros, además del riesgo para la seguridad. Conviene comprobar la presión y el estado del dibujo antes de un viaje largo es esencial.
La prevención es la mejor aliada del conductor en verano. Una revisión completa antes de emprender un viaje largo no solo evita gastos inesperados, sino que también garantiza la seguridad de todos los ocupantes.
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