Un medio portugués ha encontrado muy llamativas las líneas verdes de algunas carreteras españolas, unos trazos largos que avanzan en paralelo a los límites blancos de la calzada y sirven para engañar al cerebro de los conductores. “No es sólo un adorno para la acera, sino que también funciona como una herramienta visual muy útil”, resume la publicación Executive Digest.
“¿Recuerdas la línea roja en las carreteras de España? Pues bien, esta vez […] una de las nuevas marcas es una serie de líneas verdes…”. Sin embargo, estas marcas viales no son tan nuevas ni están generalizadas en la red viaria española.
Las líneas verdes son el eje de un ensayo impulsado en 2017 por la Junta de Castilla y León y la Dirección General de Tráfico (DGT), y mostraron una notable eficacia en los cinco años posteriores a su puesta en marcha.
Líneas verdes y radares
Estas señales sobre el asfalto se alargan unos 60 kilómetros en varios tramos de la CL-615 y suman otros 25 kilómetros en la CL-613. De Palencia a Guardo y de Palencia a Sahagún, respectivamente. Y generan en las cabezas de los conductores una sensación de estrechamiento de la calzada que, a su vez, induce a moderar la velocidad de modo inconsciente.
Tal era el objetivo al pintarlas y la jefatura provincial de Tráfico de Palencia constató los buenos resultados. Entre 2012 y 2017 tenía registrados 866 accidentes en esos tramos, con un balance de 12 personas fallecidas y 185 heridos.
Desde el 23 octubre de 2017 hasta octubre de 2022, con las líneas verdes ya pintadas, la cifra bajó a 796 siniestros. Casi los mismos que en el lustro anterior, pero mucho menos graves: hubo tres muertes y 95 heridos.
“La línea verde advierte, informa y genera una sensación de estrechamiento de la vía, pero también recuerda al conductor que está en una carretera peligrosa y vigilada”, explicó a EL MOTOR en 2022 el máximo responsable de Tráfico en Palencia, Fernando Alonso.
Multas por exceso de velocidad
Como razones del éxito aparecen el miedo a la multa (se instalaron radares en esas vías) y la sorpresa visual, una trampa para el cerebro de los automovilistas que se ha repetido en varios lugares, el último de ellos en la carretera de la muerte de Málaga.
Se trata de la línea roja a la que alude el medio portugués. Una gruesa raya pintada en el centro de la calzada por la Junta de Andalucía para enviar una señal de alerta a los conductores de la A-355, dada su elevada siniestralidad.
Trazada en un tramo de cuatro kilómetros, a su paso por Coín hacia Marbella, esa marca vial tiene como doble propósito remarcar la prohibición de los adelantamientos y llamar a una reducción de la velocidad.
El Gobierno andaluz también instalará en esa zona radares pedagógicos con el fin de reducir la siniestralidad. En 2023, fallecieron 10 personas en esa carretera por culpa de los excesos de velocidad.
‘Dientes de dragón’ y líneas quebradas
Con el mismo fin, el Ministerio de Transportes pintó en 2021 dientes de dragón y líneas quebradas en la travesía de la N-122 en Nava de Roa (Burgos). En el primer caso, se trata de unos picos como de sierra que encierran al conductor en su carril, estrechan simbólicamente la calzada y lo invitan a levantar el pie del acelerador casi al momento.
Las “líneas de borde quebradas”, como las denominó la Dirección General de Carreteras, pretendían obtener los mismos resultados con su zigzagueo junto al arcén.
Un año después, Transportes consideró “positiva” la experiencia y repitió el ensayo en la N-640, en tramos de Caldas de Reis, Cuntis, y Castro Loureiro (Pontevedra) “con la pretensión de seguir evaluando el comportamiento y adaptación del tráfico a ellas”, según fuentes del ministerio.
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