Cuando llega el frío y, sobre el asfalto aparecen la nieve o el hielo, los neumáticos con los que los coches salen de fábrica no son los mejores compañeros de trayecto. No están preparados para climas extremos y por eso existen los de invierno: ¿en qué partes de España son obligatorios?
De serie, los coches suelen montar neumáticos de verano: no agarran tanto y su frenada no es tan efectiva. Cuando la temperatura se sitúa por debajo de los siete grados y el asfalto está mojado, helado o nevado, lo más aconsejable es utilizar unos compuestos de invierno.
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¿Obligatorios en España?
En Europa, la normativa cambia en función del país. En algunos países, los neumáticos de invierno son obligatorios a partir de ciertas fechas. En otros los consideran necesarios si las condiciones meteorológicas lo requieren, si existe una señal o si las autoridades lo indican.
Hay países donde los neumáticos de invierno no son obligatorios de manera permanente: España está entre ellos. El Reglamento General de Circulación (RGC) establece que sólo lo serán si las circunstancias de la vía o la señalización lo indican. En este caso, habrá que utilizar cadenas, neumáticos all-season o de invierno. No hacerlo implicará una multa de 200 euros y la inmovilización del coche.

Recomendables en determinadas zonas
En España no es obligatorio utilizar neumáticos de invierno en invierno porque impera un clima más benigno. Esto atenúa el rigor de las malas condiciones climatológicas típicas del invierno: las bajas temperaturas y la lluvia son una constante lejos de la zona mediterránea. Además, en los países del centro y el norte de Europa, la nieve y el hielo están presentes en las carreteras habitualmente.
En la mayor parte de España no se requiere de un neumático especializado de invierno, pero sí son aconsejables en aquellas partes donde los estragos del invierno son más acusados, como, por ejemplo, el norte o las zonas montañosas. En ese caso, el conductor debe tener dos juegos de ruedas y sustituirlos cada estación… con el coste que supone y el espacio que requiere guardarlos.
Por qué los neumáticos de invierno son diferentes
Los neumáticos de invierno están concebidos para optimizar sus propiedades en firmes con baja temperatura y húmedos. En este escenario transmiten un mayor agarre y tracción. Reducen la distancia de frenado y mejoran la direccionalidad con una respuesta más firme a las órdenes del volante.
Utilizan un compuesto diferente: están formulados para permanecer flexibles incluso a bajas temperaturas. Su banda de rodadura (que mide más de tres milímetros porque es un 10% más profunda) tiene un dibujo diferente y numerosos cortes profundos: son las laminillas, que actúan como ‘garras’ para garantizar un rendimiento óptimo en terrenos secos, mojados, nevados y helados. Tienen hasta 2.000: 10 veces más uno de verano.
Se identifican mediante marcas específicas en el flanco (M+S con montaña de tres picos o 3PMSF). Existen, por otro lado, neumáticos para situaciones más críticas denominados ‘nórdicos’. Son específicos para rodar en nieve, más estrechos de medida, de baja velocidad y muy flexibles. No en vano, utilizan un compuesto y un dibujo adaptado a las carreteras con ‘permafrost’ (capa del subsuelo permanentemente helada).
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