Cuando el mercurio alcanza temperaturas muy altas, hay que extremar la precaución. Según Protección Civil, estos son los consejos para mitigar los efectos de la ola de calor: limitar la exposición al sol, tomar comidas ligeras (frutas, ensaladas, hortalizas, etc.), vestir ropa de colores claros, evitar el ejercicio físico en las horas centrales del día y no dejar nunca a niños ni personas mayores en el interior de un vehículo.
Esta última sugerencia es muy importante recordarla, ya que en el interior de un automóvil aparcado al sol, la temperatura que puede alcanzar el habitáculo supera con creces la que puede soportar un ser humano. Por ejemplo, cuando la temperatura exterior es de 39 °C, el termómetro puede alcanzar los 70 °C en el interior pasados unos minutos.
Hay que tener en cuenta también que, si la temperatura ambiente es de 29 °C, la temperatura del interior aumenta casi 20 °C en los primeros 45 minutos de exposición. Así mismo, durante dos horas y media sin ventilación, la temperatura interior del coche es un 88% mayor que en la exterior. De hecho, los reposacabezas del vehículo pueden llegar a los 67 °C y los asientos alcanzar los 54 °C en este tiempo.
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Además, el calor puede provocar cambios en los materiales. Estos suelen cambiar de forma y tamaño cuando adquieren o pierden calor. Cuando un cuerpo se calienta, aumenta su temperatura y el material que lo compone se dilata siendo capaz de arruinar el objeto.
Mascotas
Al igual que con los seres humanos, dejar aunque sea unos minutos un perro o un gato en un coche aparcado al sol, puede provocarles serios problemas. Cuando una mascota soporta altas temperaturas, deja de regular su temperatura corporal y si sigue aumentando puede llegar a producir un colapso circulatorio.
Protectores solares
En la época estival es muy habitual llevar en el coche, sobre todo, cremas solares. Tanto las que vienen envasadas en un recipiente plástico como los espráis que contienen gas no deben dejarse ni siquiera unos minutos en el habitáculo. En los primeros se arruina la crema y en el segundo recipiente pueden llegar a explotar.
Medicamentos
La exposición de los medicamentos a temperaturas extremas puede generar la descomposición del principio activo, la pérdida de la eficacia del medicamento y, en el peor de los casos, la producción de compuestos tóxicos para el organismo.
Dispositivos electrónicos
Ordenadores, teléfonos móviles, tablets, cámaras de fotos, GPS, etc. son muy sensibles a las altas temperaturas. Aparte de los chips internos, quienes se llevan la peor parte son las baterías de iones de litio, ya que el calor las degrada rápidamente perjudicando el rendimiento y las recargas.
Gafas
Más allá de que el calor, al incidir directamente los rayos del sol sobre ellas, deforme el plástico con el que están fabricadas, e incluso las propias lentes dejándolas inservibles, también pueden provocar un efecto lupa, haga arder los materiales del salpicadero tal y como sucedió en este caso.
Productos de belleza
Los cosméticos con temperaturas superiores a los 23 °C durante un periodo prolongado pueden perder su eficacia. Así mismo, las barras de labios, por ejemplo, no soportan nada bien el calor, ya que el riesgo de derretimiento es muy elevado.
Mecheros
Los encendedores están rellenos de gas o de un derivado de la gasolina, por eso no es aconsejable dejarlos en el interior del habitáculo cuando la temperatura exterior es elevada. Además de estallar, también pueden provocar un incendio si se encontraban en la tapicería de los asientos o la rotura de una luna si estaban sobre el salpicadero.
Botellas de refresco o agua
El calor extremo, además de derretir el plástico del envase, también puede afectar al líquido interior. Estos pueden filtrar varias sustancias potencialmente peligrosas a su contenido, incluido el bisfenol, echando a perder el refresco. Además, también una botella de agua puede iniciar un efecto lupa y provocar un incendio.
Alimentos
Ciertas comidas también sufren con el calor extremo, sobre todo los productos refrigerados arruinando el alimento. Así mismo, chocolates, chicles y caramelos tienen un punto de fusión en torno a los 30 °C, el calor los funde fácilmente con el peligro para el coche.
Alcohol
Unas latas de cerveza o una botella de vino abandonadas en el habitáculo con gran calor en el ambiente, pueden quedar inservibles. Por ejemplo, los rayos del sol descomponen los ácidos en la cerveza, y los compuestos que resultan se unen a las proteínas de sulfuro, dándole un sabor amargo. Por su parte, el vino, puede acabar con un sabor ácido y astringente.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.