En las ciudades, la convivencia entre coches particulares y autobuses es constante, especialmente en las horas punta. En esos momentos, la circulación se complica y no es raro que surjan dudas o tensiones cuando un conductor se encuentra detrás de un autobús detenido: ¿se puede adelantar sin infringir la normativa?
La clave para resolver esta cuestión está en el artículo 88 del Reglamento General de Circulación (RGC), que establece las condiciones legales para realizar adelantamientos, incluyendo situaciones específicas como esta.
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El RGC contempla excepciones a la norma general de no adelantar en ciertos tramos. En concreto, permite rebasar a un vehículo inmovilizado que esté ocupando total o parcialmente el carril de circulación, siempre que su detención no se deba a las condiciones del tráfico.
Además, se especifica que esta maniobra puede realizarse incluso invadiendo el carril contrario, siempre que el conductor se asegure previamente de que puede hacerlo sin poner en riesgo la seguridad vial.

Adelantar a un autobús con línea continua
Una vez conocida la norma, surge la pregunta clave: ¿se considera que un autobús parado para dejar o recoger pasajeros está detenido por necesidades del tráfico? En 2019, la Dirección General de Tráfico (DGT) ofreció una aclaración oficial sobre este punto.
La DGT explicó que un autobús detenido en una parada, que obliga a otros vehículos a cruzar una línea continua para adelantarlo, no se considera inmovilizado por necesidades del tráfico. Es decir, su parada no justifica la prohibición de rebasarlo en determinadas circunstancias.
Por tanto, sí se puede adelantar, siempre que la maniobra sea segura. Esto implica que el carril contrario esté libre y que no se ponga en riesgo a ningún usuario de la vía. La seguridad es el factor decisivo para que esta excepción se pueda aplicar.

¿Cuándo es legal saltarse una línea continua?
La normativa contempla varias excepciones en las que está permitido adelantar, incluso si hay una línea continua en la vía. Estas situaciones están pensadas para garantizar la seguridad de todos los usuarios, especialmente los más vulnerables.
Una de las más comunes es cuando se adelanta a ciclistas, ciclomotores, motocicletas, cuadriciclos ligeros o peatones. En estos casos, el conductor puede invadir el carril contrario (aunque haya línea continua) para respetar la distancia lateral mínima de 1,5 metros, siempre que la maniobra se realice sin poner en riesgo la seguridad vial.

Esta excepción tiene una salvedad propia. Cuando el vehículo es agrícola (tractores, cosechadoras…) o de obras (excavadoras y cualquier tipo de maquinaria), hay que respetar la línea continua: no se puede adelantar a pesar de que no entrañe riesgo alguno y aunque la visibilidad sea perfecta.
Los conductores también podrán saltarse la línea continua cuando, en la carretera, se topan con un obstáculo. La maniobra dependerá de las circunstancias del tráfico: únicamente podrán llevarla a cabo si es seguro. Si la visibilidad es reducida, deberán accionar el claxon de forma intermitente para avisar a aquellos vehículos del carril contrario.
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