En 2021, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en España, el porcentaje de ciclistas fallecidos en ciudad fue del 5% frente a la media europea, que era del 14%. Puede que parte de esos accidentes estuvieran causados por el ‘dooring’.
¿Qué es el dooring? En español no hay una palabra con el significado de este vocablo que procede del inglés: door (‘puerta’). Hace referencia al gesto de abrir la puerta de un vehículo sin mirar y de manera violenta.
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Entraña peligro porque la acción puede coincidir con el paso de un coche, moto, patinete o bicicleta, transformándose en un accidente que puede tener graves consecuencias para estos usuarios. La responsabilidad recae sobre la persona que invade la vía, es decir, quien abre la puerta. También si otro vehículo la arranca.
El ocupante del coche únicamente estará exento si el otro usuario circulaba cometiendo una infracción: invadiendo el carril contrario, saltarse un semáforo en rojo…
Los ciclistas, en el centro de la diana
El dooring es especialmente peligroso para las bicicletas por dos razones. En primer lugar, la norma recomienda a estos usuarios circular lo más próximo a la derecha de la vía cuando se mueven por la ciudad. En segundo lugar, porque, normalmente, el carril bici transcurre junto al espacio reservado para el aparcamiento de los coches.
Aparte del golpe, el dooring puede tener consecuencias fatales (graves lesiones e, incluso, fallecimiento) porque el usuario de la bicicleta cae al suelo y puede ser atropellado por el resto de usuarios que, en ese momento, circulan por la calle.
¿Cómo evitar el ‘dooring’?
Algunos de los últimos modelos incorporar un sistema que avisa sobre la presencia de vehículos llegando por la parte de atrás: con señales sonoras o luminosas informan a los ocupantes para que no abran la puerta.
Sin embargo, la inmensa mayoría de vehículos que circulan por las calles de las ciudades españolas no cuentan con esta ayuda. Para estos conductores existe un método llamado ‘dutch reach’ o abrir el coche a la holandesa: como evidencia su nombre, surgió en Holanda, donde el uso de la bicicleta está generalizado desde hace tiempo.
Esta técnica de seguridad consiste en accionar la maneta de apertura con la mano contraria: la derecha si se va a salir por la izquierda (en el caso del conductor) y la izquierda si, como el copiloto, se va a abandonar el coche por la derecha.
De esta forma, los ocupantes del coche giran, obligatoriamente, el cuerpo para abrir la puerta. Este gesto les permite ver si un vehículo se acerca por detrás y, también, si hay algún usuario (ciclistas, motoristas, patinetes…) en el ángulo muerto. Y, así, de manera indirecta los protegen del dooring.
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