¿Realmente sabes qué significan los testigos del coche?

Verdes, azules, amarillas y rojas: las indicaciones de la instrumentación dicen mucho más aparte de si el depósito ha llegado a la reserva.

Testigos coche
Si la luz del ABS se enciende, puede significar un grave problema.

Los hay a decenas. Tantos como para que puedan llegar a resultar abrumadores. Y desconocidos para muchos conductores, que contemplan casi con pavor que una lucecita se enciende en la instrumentación de su vehículo sin saber muy bien cómo reaccionar ante el aviso. Por eso conocer un poco mejor los testigos luminosos de los coches puede ayudar a evitar más de un sobresalto… o prevenir un mal mayor.

La electrónica se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la tecnología automovilística actual y con ella se ha incrementado de forma exponencial las posibilidades de control de sus mecanismos y dispositivos.

De la decena escasa de testigos de un coche de los años sesenta hemos pasado al centenar en los actuales más sofisticados.

Son capaces de advertir de prácticamente cualquier circunstancia: desde que el cinturón está desabrochado a que la distancia de seguridad no es la correcta, pasando por un fallo en el ABS, la escasa presión de los neumáticos, que el maletero está abierto o que debemos descansar después de conducir demasiado tiempo.

No existe una normativa que defina las indicaciones que debe incluir un automóvil, ni tampoco unificación de criterios entre los fabricantes. Por ello el abanico de iconos que se puede presentar en la instrumentación es variadísimo, pero los más importantes sí que suelen ser identificables en la mayoría de los casos.

Lo que sí se encuentra normalizado es el código de color con el que se trazan los diferentes pictogramas: los blancos, verdes o azules tiene carácter informativo (por ejemplo, cuando el motor está frío justo después de arrancar), los amarillos advierten de alguna circunstancia concreta que debe ser revisada, pero que en principio no entraña riesgos (el nivel de gasolina entra en reserva, por ejemplo) y los rojos son de alarma por peligro para el vehículo o sus ocupantes (fallo en la presión del lubricante del motor).

Por lo general, al encender el contacto del vehículo muchos de estos testigos se iluminan a modo de comprobación de su correcto funcionamiento (si se fundieran, claro está, no podrían advertirnos y cumplir con su cometido) para apagarse a continuación siempre que no se presenten anomalías. Cuando estas llegan, dependiendo de su naturaleza o gravedad, la luz puede quedarse fija o parpadear para atraer la atención del conductor.

En este punto lo aconsejable con las luces rojas de peligro es detenerse lo antes posible (siempre con las medidas de seguridad necesarias), comprobar que el aviso persiste tras el reinicio del vehículo (apagar y encender el contacto, preferiblemente incluso extrayendo la llave de la cerradura en el caso de que exista), conocer con el manual de usuarios qué indica exactamente ese testigo y resolver en consecuencia el problema.

Los siguientes son algunos de los avisos más frecuentes que se pueden encontrar en la instrumentación de la mayoría de los coches actuales:

Pisar freno. Es habitual en los coches automáticos e indica que debemos accionar el pedal del freno antes de arrancar el motor.

Inmovilizador. Deficiencia en el sistema de bloqueo electrónico o antirrobo que puede provocar la inmovilización del vehículo.

ABS. Indica un fallo en el sistema de antibloqueo de frenos, que requiere su revisión en el taller.

Antiniebla. Indica que se llevan encendidas las luces antiniebla, que deben apagarse cuando acabe la baja visibilidad.

Motor. Advierte de algún problema en el motor, que no funcionará o no lo hará correctamente. Visita al taller obligada.

Presión de neumáticos. Cuando la presión de alguno de los neumáticos (o varios) no es la correcta se enciende este testigo.

Combustible. Uno de los más conocidos: ha entrado la reserva de combustible y se hace necesario repostar.

Precalentamiento diésel. Antes de arrancar un motor diésel hay que esperar a que se apague este icono para que el precalentamiento haya finalizado.

Control de estabilidad. Se enciende al producirse algún fallo en el control del estabilidad del coche, que puede llegar a comprometerla y afectar a la conducción.

Start-Stop. El sistema de arranque y parada del motor en las detenciones está desactivado por el conductor o no se encuentra disponible por otra razón.

Líquido limpiaparabrisas. Si el nivel del líquido del limpiaparabrisas baja en exceso se advierte mediante este icono para su reposición.

Batería. Indica que la batería o alguno de los componentes del sistema eléctrico está fallando. Un taller detectará el origen del problema.

Airbag. Otro aviso importante: fallo en alguno de los airbags del vehículo, por lo que podría no funcionar en caso de necesidad.

Freno de mano. Señala que el freno de mano (mecánico o electrónico) está accionado y se debe retirar antes de emprender la marcha.

Puerta abierta. Puede variar el tipo de icono, pero en general advierte de que alguna de las puertas no está bien cerrada y puede abrirse de forma accidental.

Aceite. Esta clásica aceitera se usa para indicar que la presión o el nivel del lubricante del motor no son los adecuados. Requiere sustitución o rellenado.

Cinturón de seguridad. Otro testigo que la mayoría de los conductores conocen: se enciende cuando algún ocupante no lleva puesto el cinturón.

Temperatura del refrigerante. Si la temperatura del refrigerante del motor es excesiva se indica con este testigo. Puede ser que su nivel sea bajo o sufra otra incidencia que exige una reparación.

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