Un inventor ciego ideó hace 50 años una tecnología que llevarán por ley todos los coches nuevos

El ingeniero estadounidense Ralph Teetor desarrolló este sistema porque le incomodaba la forma de conducir de su abogado.

coches autopista

Varios coches en una autopista.

Este artículo trata sobre el control de crucero. También conocido como control de velocidad de crucero, que es un sistema diseñado para ayudar al conductor a mantener una velocidad constante sin necesidad de accionar el pedal del acelerador. Dicho mecanismo ofrece varias ventajas tanto en términos de comodidad como de seguridad.

El control de crucero, al encargarse de mantener la velocidad de manera automática, es especialmente útil en carreteras largas y rectas, como las autopistas, donde las variaciones de velocidad son mínimas. Esto permite reducir la fatiga del conductor en recorridos largos, aumentando la seguridad.

Asimismo, mejora sustancialmente la eficiencia de combustible, ya que evita las aceleraciones y desaceleraciones frecuentes que consumen más combustible. Y, como no, también ayuda a reducir el riesgo de infracciones por exceso de velocidad. Todos los modelos actuales del mercado disponen de este sistema en su equipamiento de serie, aunque su nacimiento tiene casi 50 años.

Ralph Teetor

Este inventor estadounidense es el padre del control de crucero. A los cinco años de vida y, por culpa de un accidente, perdió la vista, aunque esto no le impidió desarrollar un talento excepcional para la ingeniería y la mecánica. Se graduó en ingeniería mecánica en la Universidad de Pensilvania y trabajó en diversas innovaciones a lo largo de su vida.

Como buen inventor, siempre estaba dándole vueltas a mecanismos que mejoraran la vida de las personas. Y un día pensó en él y el problema que arrastraba al no poder conducir por su ceguera. Teetor siempre era uno de los ocupantes en los coches y, habitualmente, era su abogado el que le llevaba a todos los lados.

Ralph Teetor en una imagen de archivo.

Control de crucero

Ralph Teetor sentía incomodidad por la forma de conducir de su abogado, ya que como él mismo comentó en diferentes ocasiones, tendía a acelerar y desacelerar constantemente mientras hablaba. Empezó a darle vueltas a la manera de minimizar esos cambios bruscos de velocidad generados por los conductores. Al final y tras más de cinco años de desarrollo, patentó su invento en 1950.

Su sistema, llamado originalmente “Speedostat” (Velocistato o Regulador de velocidad por su traducción al español) y posteriormente conocido como control de crucero, fue implementado por primera vez por Chrysler en sus modelos Imperial de 1958 bajo el nombre de Auto-Pilot.

Teetor dejó un enorme legado en la industria del automóvil. Su innovación mejoró la comodidad y seguridad en la conducción y sentó las bases para los sistemas avanzados de asistencia al conductor que montan los coches hoy en día. Además, el inventor fue incluido en el Salón de la Fama de los Inventores Nacionales en 1988.

Chrysler Imperial 1958.

Control de crucero adaptativo

El control de crucero adaptativo (ACC, por sus siglas en inglés) es una evolución del control de crucero que inventó Ralph Teetor. El adaptativo utiliza sensores, como radares y cámaras, para ajustar automáticamente la velocidad del vehículo según el tráfico circundante. Este sistema puede acelerar y frenar el coche para mantener una distancia segura con respecto al vehículo que está delante.

Los primeros desarrollos de los controles de crucero adaptativos comenzaron en las décadas de 1990 y 2000, con la introducción de tecnologías más avanzadas en sensores y procesamiento de datos. Mitsubishi fue una de las primeras compañías en lanzar un sistema de control de crucero adaptativo en su modelo Debonair en 1992. A día de hoy, este sistema se incluye de serie en infinidad de modelos dentro de los denominados ADAS.

Control de crucero adaptativo activado.

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Rubén Pérez

Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.

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