Audi A5 Cabrio: el disfrute de conducir sin techo

Cada día hay menos descapotables en el mercado, pero este es uno de los más interesantes, sobre todo por el placer que proporciona conducirlo.

Audi

El Audi A5 Cabrio pisa con aplomo, pero no tanto como sus hermanos carrozados.

El auge y gusto por las carrocerías de tipo SUV ha hecho que los fabricantes se orienten cada vez más hacia este diseño y vayan abandonando poco a poco otro tipo de vehículos. Los descapotables son unos de ellos, que ven reducida su oferta cada año que pasa.

Audi, por ejemplo, también ha eliminado de su catálogo varios modelos con esta carrocería,(por ejemplo, el Audi A3 Cabrio), para quedarse únicamente con el protagonista de esta prueba: el Audi A5 Cabrio.

No deja indiferente

Ya lleva un par de años largos en el mercado, pero sigue llamando la atención a su paso. Elegante y dinámico a partes iguales, pone la guinda con su capota de lona.

Una capota que se puede abrir en marcha y hasta 50 km/h en un proceso que tarda 15 segundos, tres más para cerrarla. La capacidad del maletero pierde 80 litros al guardar la capota, pasando de los 450 a los 370 litros, lo que no está nada mal en cualquiera de los dos casos para tratarse de un descapotable de cuatro plazas como este.

La capota de lona ofrece un confort de marcha muy cercano al de un techo duro.

Las plazas traseras no están mal, siempre que no se superen los 1,75 metros de altura. Pero un poco más complicado es su acceso, que será mucho más fácil si se accede sin la capota.

Al volante, no hay muchas pegas, por no decir ninguna. Detrás del mismo está la instrumentación digital de 12,3 pulgadas (Audi Virtual Cockpit Plus) y en el centro del salpicadero un sistema multimedia en una pantalla táctil de 10,1 pulgadas de tamaño.

Interior del Audi A5 Cabrio.

El navegador es de serie, pero ya algunas delicatessen como el sonido Bang&Olufsen (1.535 euros) entra dentro de las múltiples opciones que, como siendo habitual, tienen los coches de alta gama como este.

Una calidad de materiales y acabados sobresaliente que continúa con la sensación que se tiene en marcha.

Sorprendentemente silencioso

Y es que para tratarse de un vehículo descapotable, sorprende de forma muy grata la suavidad y el silencio con la que este coche puede rodar. La calidad de esta capota de lona, su estanqueidad y su confort acústico son, sin duda, de lo mejor del mercado.

Sin poner el paravientos, es posible mantener una conversación hasta unos 100 km/h sin demasiados problemas. Si hay pasajeros en las plazas traseras y se quiere hablar con ellos sin gritar, lo mejor es no superar los 90 km/h.

En el habitáculo, a velocidades legales, no hay demasiadas turbulencias.

Si se quiere circular a velocidades más elevadas, es aconsejable poner el paravientos, pero en este caso las plazas posteriores quedarían anuladas.

Mecánica de gasolina eficaz

Bajo el capó, esta unidad contaba con el motor de gasolina denominado 40 TFSI que se corresponde con una mecánica de dos litros y 204 CV. Además, cuenta con una microhibridación de 12 V, que vale más para lucir la etiqueta ECO en el parabrisas que para cualquier otra cosa.

A priori, pueden parecer pocos caballos, sobre todo para mover un conjunto que roza los 1.750 kilos. Pero aquí se encuentra otra buena sorpresa, de las mejores. Y es que parece que tiene más potencia.

Sus prestaciones no son para tirar cohetes, ni de un auténtico deportivo (su chasis tampoco, como luego se verá) y es que detiene el crono en 7,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, con una velocidad máxima de 237 km/h.

En marcha, parece mucho más potente que esos 204 CV que declara.

Pero lo dicho. En marcha parece que es más potente y rápido. Una sensación que se nutre también de su confort de marcha y la suavidad en la entrega de potencia de este fantástico motor que empuja de forma muy lineal ya desde muy abajo.

La caja de cambios automática de doble embrague S tronic de siete velocidades es un buen apoyo, con un funcionamiento general suave y rápido, pero titubea un poco a baja velocidad y en el modo Sport su funcionamiento en ocasiones no es tan deportivo como debería.

Su consumo homologado de 7,0 l/100 km parece algo utópico, pero no lo es. Si se circula de forma tranquila y suave, en cualquier caso, no se superarán los ocho litros. Otra cosa es querer exprimir los 204 CV. Ahí el consumo puede ponerse con facilidad en dos dígitos.

Chasis ágil, pero no deportivo

Este título resume perfectamente cómo se comporta el Audi A5 Cabrio. Y es que su filosofía no es la de rezumar deportividad por los cuatro costados, como pueden indicar sus deportivas líneas. Es un coche hecho para disfrutar de la conducción, más si cabe, con el techo recogido.

Y es que para esas sensaciones ya están las familias S y RS de Audi. Sin embargo, en carreteras reviradas se puede circular muy rápido con extrema facilidad, incluso si no se es un conductor demasiado experimentado. Las ayudas electrónicas, sin ser intrusivas, funcionan de manera óptima y, sobre todo, transmiten confianza al conductor.

También es cierto que este Audi no se nota con tanto aplomo y tan asentado en la carretera como sus homónimos carrozados, algo que se suma a un peso bastante elevado y que condiciona un poco sus reacciones y que aumenta sus inercias si se circula rápido de verdad.

A bordo de este A5, el silencio de marcha y el confort de rodadura es muy alto.

La suspensión, con su acertado equilibrio entre dinamismo y confort, ayuda a tener esa sensación generalizada de confort en cualquier situación. Incluso si la carretera se rompe, la filtración es lo suficientemente buena como para no echar de menos otro vehículo más familiar, siempre, claro está, que esta situación no se alargue demasiados kilómetros.

Dirección y frenos, a la altura esperada. La primera, directa, responsable de que el coche tenga un notable guiado. Los segundos, de buen tacto y potencia, sin ningún problema de rendimiento ni de desfallecimiento si se abusa de ellos, por ejemplo al bajar un puerto de montaña.

Un producto que, con un precio base de 62.110 euros, se configura como uno de los descapotables más atractivos del mercado en todos los sentidos.

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Alfredo Rueda

Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.

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