Crecer en muchas ocasiones significa buscar prados más verdes. Lexus va a cerrar 2023 con un aumento del 50% de su volumen de mercado respecto al año previo, y eso que se ha reservado para 2024 su as en la manga: un nuevo modelo que va a abrir la marca premium a un segmento inédito y a un público para el que en gran medida es un desconocido. El Lexus LBX es la clave de su futuro más inmediato en el país.
Y es que la marca nipona va a atacar el mercado español en el punto donde más puede sacar, unos SUV pequeños que en los últimos cursos han crecido cada vez más y más en importancia y volumen de ventas.
Nunca ha tenido un modelo en dicho segmento y con este movimiento quiere tanto afianzar a sus clientes conocidos (que puedan ver en él un segundo coche) como conquistar a nuevos compradores. Su campaña de reservas así lo ha demostrado: quienes han pedido uno tienen una media de 10 años menos de la edad de sus clientes habituales y un 50% de ellos son mujeres, cuando en el resto de sus vehículos la mayoría de los clientes son varones.
Lexus espera comercializar 24.000 unidades en Europa en 2024, 3.000 de ellas en el mercado español, que será uno de los más importantes para el modelo. ¿Tiene el LBX lo necesario para conseguirlo?
Un coche que entra por los ojos
Es algo que salta a la vista: la marca japonesa ha sabido adaptar un formato compacto (4,19 metros) su característico lenguaje de diseño, basado en aristas y formas angulosas, aunque en este caso ligeramente suavizadas. El resultado es francamente bueno y consigue un modelo proporcionado, que transmite cierto atletismo y, aunque se trata de un aspecto subjetivo, bien parecido.
Detalles como la delgada firma lumínica delantera, la reinterpretación de la parrilla habitual en una sección integrada en la carrocería o el diseño de las llantas de 17 o 18 pulgadas son muy visuales.
A esto, además, se suman las distintas opciones de personalización disponibles, con tres modelos de llantas, nueve colores de carrocería (ocho de los cuales tienen opción bitono) o múltiples ambientes interiores, que dependen de los acabados (o “estilos”, como los denominada la firma).
Buena calidad interior, un espacio correcto
Dentro, a pesar de ser el benjamín de la familia, Lexus ha querido dotarle de tecnología propia de sus hermanos mayores. Buena prueba de ello es el cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas (según de la gama en incorporarlo después del Lexus LM), la posibilidad de instalar un Head-Up Display (con datos básicos, entre los que se echan en falta las indicaciones del navegador) y la pantalla táctil central de 9,8 pulgadas.
Como se puede esperar de un modelo de Lexus (y con el precio que tiene, algo que trataremos al final), la calidad percibida en el interior es muy alta. El tacto del volante es muy destacado, hay múltiples opciones de tapicería, incluyendo hasta opciones veganas; y las zonas que tienen plásticos son de tacto blando (lo duros se limitan a las zonas inferiores de difícil acceso).
Los reglajes del asiento del conductor dependen del nivel de acabado, siendo eléctricos en la parte alta de la gama y mecánicos en los niveles de acceso.
Por lo que respecta a espacio, en los asientos de piloto y copiloto ofrece una habitabilidad notable para individuos de hasta 1,80 metros de altura. En las traseras el hueco disponible es algo más justo, sobre todo en la zona de las rodillas, aunque para la cabeza es correcto.
En cuanto al maletero, cubica 402 litros, aunque la versión de tracción integral, por la incorporación de un segundo motor eléctrico trasero, hace que pierda 70 litros de capacidad.
Un motor, dos opciones de tracción
Desarrollado sobre la plataforma GA-B del grupo Toyota, comparte entrañas mecánicas con su primo, el Toyota Yaris Cross, aunque Lexus ha puesto a punto el apartado técnico para conseguir unas sensaciones de conducción propias (mayor distancia entre ejes y mayor ancho de vías).
Únicamente está disponible con un sistema de propulsión híbrido, que le garantiza la etiqueta ECO de la DGT. Su corazón es un motor gasolina 1.5 de tres cilindros que cuenta con el apoyo de un motor eléctrico y desarrolla en conjunto 136 CV de potencia. Además, se ofrece una variante de tracción integral que no suma potencia adicional, pero que ofrece un mayor agarre en situaciones de baja adherencia.
Durante la prueba de alrededor de 150 kilómetros, combinando autopista, ciudad y carreteras secundarias, se pudo conducir la variante 4×2. Ésta homologa un consumo de 4,4 litros cada 100 kilómetros, lo que resultó ser una aproximación muy realista a lo que gastó en conducción real: 4,8 litros.
La conducción del Lexus LBX es suave y equilibrada. Se trata de un coche bastante ágil para maniobrar en ciudad y que se comporta de manera correcta en zonas de curvas, gracias a una dirección bastante precisa y a una suspensión con una puesta a punto muy acertada, pues tiene un equilibrio muy logrado entre la comodidad y transmitir al conductor lo que está pasando en el asfalto.
El pero al conjunto lo pone el freno, pues hay que hacerse a él. La primera parte del recorrido del pedal el progresiva pero quizá esté falta de mordiente, y en el tramo final la situación se invierte.
En cuanto al sistema de propulsión, sus 136 CV son suficientes para moverlo con soltura, aunque cuando se aprieta el acelerador a fondo tiene una rumorosidad notable, lo que contrasta con lo silencioso que es en el resto de situaciones.
Un precio elevado para un modelo sin rivales directos
El Lexus LBX se encuentra en una situación peculiar en el mercado, puesto que no hay otros B SUV premium con mecánica híbrida autorrecargable. Esto hace complicado realizar comparaciones directas y es que, por enfoque, lo más parecido es el propio Yaris Cross, pero que es un generalista.
El precio el Lexus LBX parte de 31.500 euros financiando con la marca, aunque también se ofrece en modalidad de renting por 415 euros al mes (48 meses, 15.000 kilómetros al año).
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.