El mismo estilo de antes, pero con un interior más refinado y una mecánica todavía más preparada para salir del asfalto. Y con equipamientos a la última. Es la síntesis del nuevo Subaru Outback, que supera las aptitudes todocaminos de muchos SUV y vuelve a postularse como un familiar amplio, práctico y polivalente, y de precio razonable.
La sexta entrega del modelo de Subaru mantiene un diseño similar, pero con mayor tamaño y un punto extra de presencia. El interior está más cuidado, y la mecánica presenta el conocido motor 2.5 de gasolina, aunque mejorado, cambio automático y la tracción 4×4 permanente de la casa.
Ya está a la venta desde 39.500 euros, y se ofrece también con GLP desde 41.500 euros (etiqueta ECO).
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Su imagen sigue una línea continuista respecto a su predecesor, con un estilo reconocible, pero que introduce novedades en la parrilla hexagonal, los faros led, el formato de los antiniebla o las llantas de 18 pulgadas. El conjunto transmite robustez, y la impresión tiene continuidad al volante.
Es un vehículo más grande, que mide ahora 4,87 metros de largo (cinco centímetros más). La altura es la misma, 1,67 metros, y la anchura crece a 1,87 metros (3,5 centímetros más). Las nuevas dimensiones aportan más empaque y redundan también en un interior más espacioso: las cinco plazas son más amplias, y el maletero cubica 561 litros (512 en el modelo actual), tiene una boca de carga algo más ancha y dispone de apertura manos libres.
En el interior la novedad más importante es el mayor refinamiento general, y la incorporación de una pantalla táctil de 11,6 pulgadas de formato vertical. Su uso resulta bastante sencillo e intuitivo, y permite conexión con Android Auto y Apple CarPlay, aunque con cable.
En el apartado tecnológico es la seguridad la que más destaca, ya que su completo sistema EyeSight (va por su versión 4.0) añade nuevas funciones como el reconocimiento de señales, el control de dirección en caso de emergencia, la frenada automática marcha atrás o la ayuda al guiado por el carril.
En la práctica se traduce en avisos sonoros y visuales en la pantalla TFT del cuadro de instrumentos analógico, además de en ciertas zonas del salpicadero, así como en una intervención del sistema en los frenos y en la dirección del volante (al salirnos del carril sin poner intermitente, por ejemplo) cuya acción es más sutil que antes.
Motor 2.5 de gasolina y opción de GLP
Bajo el capó solo está disponible el conocido bloque gasolina 2.5 bóxer atmosférico, pero que ha renovado el 90% de sus piezas. Ahora rinde 169 CV (antes llegaba a 175) y 252 Nm, y está asociado a una nueva caja de cambios automática Lineartronic con ocho relaciones. Eso sí, la marca da la opción de equiparlo con GLP, que le otorga la etiqueta ECO de Tráfico y que, según apunta la marca, ha concentrado históricamente el 75% de ventas.
Durante la prueba, que discurrió por autopista y carretera secundaria, el nuevo Outback demostró ser muy silencioso a velocidad de crucero, sin apenas ruidos. Sin embargo, en los momentos en los que se pisa el acelerador con decisión (para adelantar, por ejemplo) la rumorosidad es considerable. Y se debe a las características de funcionamiento del cambio automático, que es de tipo CVT (similar al de los escúteres). Las prestaciones son correctas, sin más, pero el consumo se quedó en 9,5 litros cada 100 km, muy cerca de los 8,8 litros oficiales.
Eficaz fuera del asfalto
Nacido en el 95 como una versión sobre elevada del Legacy a petición de los clientes australianos, acostumbrados más a caminos que a carreteras, sigue haciendo gala a día de hoy de esa versatilidad. Y es que su conducción en carretera es precisa y cómoda, pero es en situaciones off-road donde saca a relucir sus mejores cualidades: 21,3 centímetros de distancia libre al suelo, ángulos de ataque y salida de 19,7 y 22,6 grados, y el sistema de tracción integral permanente, más capaz que el conectable que llevan la mayoría de SUV.
Se realizó un circuito 4×4 dividido en dos partes. La primera era una pista rápida de tierra que se recorrió con el modo ‘Nieve/grava’. El Outback traccionó muy bien en todo momento, y permite tanto un manejo aplomado como otro más ágil, deslizando con control. El segundo tramo, un circuito más abrupto, se completó con el modo ‘Nieve y barro profundos’. Y gracias a las virtudes del sistema X-Mode, que reúne una electrónica de gestión muy eficaz, el coche sigue avanzado aunque una dos ruedas patinen o estén en el aire. Además, el control de descenso opera asimismo con eficacia y retiene el modelo para facilitar las bajadas.
Los precios del nuevo Outback
Subaru estructura la gama en tres niveles de acabado, dos de acceso con decoración diferente pero el mismo coste, Trek, más urbano, y Field, más campero, y uno superior denominado Touring y cargado de equipamiento. Las tarifas reseñadas a continuación incluyen ya un descuento promocional de 3.000 euros.
- Outback Trek: 39.500 euros
- Outback Trek GLP: 41.500 euros
- Outback Field: 39.500 euros
- Outback Field GLP: 41.500 euros
- Outback Touring: 43.900 euros
- Outback Touring GLP: 45.900 euros
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