La electrificación se impone en el automóvil como única vía para cumplir los nuevos límites de 95 g/km de C02 que deberán emitir de media todas las marcas en 2020 si no quieren abonar multas (95 euros por coche y gramo de más emitido). Y como nadie quiere pagar, en los próximos meses va a llegar una avalancha de modelos más o menos electrificados.
Dejando al margen los enchufables —100% eléctricos o híbridos enchufables—, hay otras dos soluciones de hibridación más sencillas, pero todas con etiqueta ECO, que protagonizan esta prueba. La primera son los híbridos clásicos o Full Hybrid, que incluyen un motor térmico y otro eléctrico con una segunda batería, que ayudan a gastar menos. Es el caso de los Toyota RAV4 y Honda CR-V.
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La otra son los nuevos microhíbridos (mild hybrid), más sencillos: llevan un minimotor eléctrico de 6 a 8 CV asociado a una pequeña batería que almacena energía al frenar y ayuda al motor térmico, sobre todo en los arranques. Son más económicos, pero apenas bajan un 5% el consumo, aunque puede ser suficiente para no pasar los límites en algunos casos. Y es lo que ofrecen los Hyundai Tucson y Mazda CX-30.
En pocas palabras
El Toyota RAV4 domina en la prueba con claridad hasta que se valora el precio, donde le supera el Mazda. Pero se impone entre los Full Hybrid porque tiene el módulo eléctrico más potente y eficiente. Aparte de correr más, consume menos: apenas pasa de cuatro litros en ciudad y autovías urbanas. Además, es muy amplio y tiene el mejor maletero. Y se ofrece en versiones 4×2 de 218 CV y 4×4 de 222 CV (desde 32.500 y 34.500 euros).
Entre los microhíbridos se impone con margen el Mazda CX-30, que reúne un diseño impecable y es el más asequible. Y ofrece el mejor equipo de seguridad y el comportamiento más eficaz, pero tiene las plazas traseras más justas y un maletero más pequeño. Y ha gastado demasiado en ciudad, aunque lo compensa en carretera. Se vende en dos versiones de 122 CV con tracción 4×2 y 4×4 (desde 27.575 y 32,475 euros).
El Hyundai Tucson microhíbrido solo se ofrece en el acabado N Line, más caro, lo que unido a su motor turbodiésel eleva el precio y le penaliza. A cambio, presenta una imagen deportiva y ofrece un buen equilibrio entre habitabilidad, prestaciones, consumo y coste de uso. Y es el mejor equipado de serie, aunque el más justo en elementos de seguridad. La tecnología microhíbrida 48 voltios del SUV coreano se ofrece con dos turbodiésel, 1.6 de 136 CV y 2.0 de 185 CV (desde 33.665 y 38.965).
El Honda CR-V es segundo entre los híbridos completos y el más práctico como familiar: ofrece las tres plazas traseras más utilizables y un maletero casi igual que el del Toyota. Pero su módulo híbrido no es tan eficiente en consumo, porque ha gastado un litro más de media, ni en prestaciones. Y aparte de costar lo mismo que el Toyota, se muestra menos ágil en virado, aunque va muy bien en trazados amplios y autopista. Se vende con 184 CV y tracción 4×2 y 4×4 (desde 34.200 y 40.200 euros).
Análisis completo
• CONDUCCIÓN
Dos híbridos completos, el Toyota y el Honda, y dos híbridos ligeros, el Mazda y el Hyundai, todos con etiqueta ECO. Los primeros equipan un motor de gasolina, de 2.5 y 2.0 litros, y otro eléctrico, que sirve de ayuda, y suman 218 CV en el RAV4 y 184 en el CR-V. El Mazda equipa un motor 2.0 de gasolina y 122 CV, y el Hyundai un 1.6 turbodiésel de 136, ambos con cambio manual de seis marchas. ⇒ Más información
• CONSUMOS
Los híbridos completos son más eficientes en ciudad, y el Toyota no dio opción en la prueba (4,4 litros), seguido del Honda y el Hyundai (5,8 y 6,4), mientras el Mazda (8,5) acusó su cilindrada. En autovía urbana todos bajaron: desde el RAV4 (4,2) al CX-30 (4,4), que mejoró más y batió a los Ioniq (4,5) y CR-V (5,2). Y a ritmos alegres en zonas viradas dominaron el Hyundai y el Toyota (7,1), seguidos del Honda (7,4) y el Mazda (7,5). Las emisiones de CO2 son ajustadas: 105 g/km el RAV4, 113 el Tucson, 116 el CX-30 y 120 el CR-V.
• VIDA A BORDO
El Toyota y el Honda son más grandes, 4,6 metros frente a 4,4 de sus rivales, y aunque todos tienen unas plazas delanteras amplias y cómodas, se aprecia bastante atrás. El mejor es el Honda, que ofrece más altura y espacio para las piernas. Le sigue el Toyota, menos desahogado en la zona de las rodillas, aunque con un respaldo regulable en dos posiciones. El Hyundai es también amplio, pero más justo en altura y la zona de los hombros. Y el Mazda acusa su menor tamaño y está más pensado para llevar solo dos adultos atrás. ⇒ Más información
• AL DETALLE
Toyota RAV4. Muy eficiente y completo
Honda CR-V. El más amplio y práctico
Mazda CX-30. Diseño, precio y espacio justo
Hyundai Tucson. Hibridación en diésel. ⇒ Más información
• IMAGEN Y DISEÑO
Territorio Mazda. El CX-30 sigue explotando la excelencia del diseño Kodo y es uno de los SUV más seductores del mercado. Fusiona elegancia y deportividad con un estilo muy propio, y destaca por la fuerza del frontal, con el borde superior muy afilado y la clase de la parrilla, que combina con los trazos suaves de todo el conjunto. Le sigue el Toyota, que fusiona vanguardismo y robustez para ofrecer una imagen imponente. El Hyundai gana mucha imagen con la decoración deportiva del acabado N Line, que incluye una parrilla con más fuerza. El Honda es el más convencional. ⇒ Más información
• PRECIOS Y EQUIPAMIENTO
No son económicos. Los cuatro modelos de esta prueba acusan el sobreprecio de su mecánica híbrida, pero con diferencias. Los dos microhíbridos son más sencillos y baratos, con ventaja del Mazda CX-30, que cuesta 26.425 euros, frente a 30.665 del Hyundai Tucson, que sube también por su mecánica diésel. El Toyota RAV4 y el Honda CR-V son más grandes, cuestan casi igual y suben a 33.000 y 33.050, respectivamente. (Todos los precios incluyen descuentos, pero sin primas por financiar con la marca). ⇒ Más información
CONCLUSIÓN
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