En sus 4,18 metros de longitud, el Hyundai Bayon se posiciona como un SUV urbano económico, espacioso y que prácticamente cumple en todos los aspectos.
La versión de esta prueba es la más potente de las que están a la venta, ya que monta el motor 1.0 T-GDI de 120 CV con microhibridación de 48 V y con un cambio automático de doble embrague y siete velocidades. Esta conjunción funciona realmente bien, ya que el cambio es rápido y sabe interpretar muy bien las demandas del conductor y de este motor tricilíndrico.
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Esta combinación solo se puede elegir con el nivel de equipamiento que Hyundai denomina Style 2C y que se sube a un precio de 28.570 euros. Sin embargo, la marca coreana suele de aplicar agresivos descuentos comerciales (de unos 6.000 euros) y esta versión se quedará con facilidad en menos de 23.000 euros.
Por este precio ofrece elementos tan atractivos como unos asientos delanteros deportivos, cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas, control de crucero inteligente o navegador en su pantalla central táctil de 10,25 pulgadas, entre otros. Y se añade la pintura metalizada de esta unidad de pruebas, denominada Mangrove Green, también de serie.
El interior resulta amplio para cuatro ocupantes. Para el quinto, en un trayecto largo, la banqueta trasera ya se hará algo estrecha, sobre todo si es un adulto. Su maletero también es muy utilizable. Sus 411 litros de capacidad, por ejemplo, superan en 37 la de su hermano mayor, el Hyundai Kona, y se transforman en 1.145 si se abaten los asientos traseros.
Exterior atractivo, más en la zaga
Con su nombre inspirado en la ciudad francesa de Bayona, este pequeño Hyundai comparte la base del Hyundai i20. Sin embargo, , tiene una altura libre al suelo de 18,3 centímetros, lo que vale para salir a caminos sencillos con algo más de tranquilidad.
Su tamaño, de poco más de cuatro metros de longitud, entra en la liga de los Seat Arona, Kia Stonic, Ford Puma o el más reciente y con carrocería de SUV cupé Volkswagen Taigo.
Su imagen no es rompedora, pero resulta fresca y futurista, con unos faros repartidos en dos bloques en la parte delantera y, sobre todo, con una trasera de lo más original y unos pilotos verticales a cada lado muy al estilo Volvo XC40.
Interior de empaque
Por dentro, el Hyundai Bayon resulta igualmente muy convincente. Comenzando por la comodidad de sus asientos deportivos y del espacio disponible en plazas traseras y maletero, la vista se va a la pantalla central táctil. Funciona correctamente y su tamaño es muy considerable, al igual que los relojes digitales tras el volante.
Plásticos y materiales, más sobrios que atractivos, disponen de unos acabados bastante aceptables y en línea con lo que se suele ver en este segmento.
También hay que comentar la cantidad de tecnologías que lleva a bordo. Por ejemplo, y aparte de la pantalla táctil, incluye tres puertos USB y ofrece compatibilidad para Apple Car Play y Android Auto.
Otro de los puntos fuerte es el equipo de seguridad. Además de los seis airbags y el control de estabilidad ESP, toda la gama viene de serie con detector de fatiga y mantenimiento automático del carril (no tan preciso como cabría esperar). También incorpora frenada automática de emergencia en ciudad con función de cruce o alerta de tráfico trasero. Al desaparcar marcha atrás cuando se está estacionado en batería, el sistema avisa si se aproxima otro vehículo.
Al volante
Una vez en marcha, además de sus asientos delanteros muy cómodos, llama la atención la gran diferencia que hay a la hora de elegir los diferentes modos de conducción. Tiene tres, Eco, Comfort y Sport, pero es que la reactividad del acelerador es tan diferente que requiere un periodo de adaptación. Sobre todo si se pasa de Sport a Eco. Parece que el acelerador ha dejado de funcionar por más que se le pise… Pero sí, funciona, aunque lo hace de forma muy suave y priorizando la eficiencia y economía de combustible.
Respecto al consumo, incluso con la ayuda eléctrica o en modo Eco (y conduciendo con mucha suavidad) solo se logra bajar ligeramente de los 8 litros cada 100 kilómetros.
Y es que este motor de tres cilindros es muy vigoroso. Y tanto a la hora de acelerar como de recuperar, parece que tiene algún caballo de más. Esa sensación también la ofrece a nivel sonoro y es que esa arquitectura tricilíndrica se hace evidente cuando se suben las revoluciones.
Por eso aquí el cambio automático encaja perfectamente, ya que no permite que esto ocurra con asiduidad y se gana así en comodidad de marcha. Además, en el modo Sport, hace el efecto de punta-tacón en reducciones, acelerando algo el motor antes de insertar una marcha inferior, lo que le da un toque deportivo muy curioso.
El Bayon, muy ágil en ciudad
La dirección es ideal para una ciudad, muy manejable y ágil. Mientras, en carretera tampoco desentona, pero no transmite lo que pasa bajo las ruedas delanteras como puede hacerlo su hermano el Kona, por ejemplo. Aún así, el guiado es bueno y a ello colabora una suspensión bastante cómoda, más orientada al confort que a la sujeción de la carrocería en virajes. Si la curva es lenta y se entra deprisa, la caja oscila aunque tarda en perder la compostura.
En resumen, un SUV pequeño, que se encuentra mucho más a gusto en ciudad que en carretera, pero que vale prácticamente para todo. Y, sin destacar en nada, tampoco pincha en ningún aspecto. Sin duda, una buena compra que, además, cuenta con la etiqueta ECO de la DGT.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.