Mercedes Clase C 300 e: uno de los mejores híbridos enchufables

Con más de 100 kilómetros de autonomía eléctrica, el modelo alemán se posiciona como una berlina de primer nivel y muy eficiente.

Mercedes C 300
El C 300 e de Mercedes es uno de los coches híbridos enchufables con mayor autonomía.

Aunque el Mercedes Clase C 300 e sea uno de los vehículo híbridos enchufables con más autonomía eléctrica del mercado (110 kilómetros), es conveniente que antes de elegirlo se calcule bien el recorrido que se hace en el día a día. Si está dentro de ese rango uso, el ahorro en combustible puede ser considerable.

Y, con su motor de combustión, no hará falta tener un segundo coche para hacer un viaje con tranquilidad. No obstante, es cierto que, en este tipo de vehículos, el consumo suele ser superior a coches con motores equivalentes sin hibridación.

Más largo e igual de cómodo

Con sus 4,75 metros, este Mercedes Clase C ha crecido en 6,5 centímetros respecto a su antecesor. También son mayores la autonomía eléctrica –que ha aumentado más del doble– y el maletero. Y es que ya no muestra la protuberancia del modelo anterior, y ahora el suelo es plano y normal. Sin embargo, su volumen es más pequeño que en las versiones de combustión pura: 315 litros frente a 455.

A pesar de ese aumento de longitud, al no albergar motores de más de cuatro cilindros, el capó es algo más pequeño, pero las líneas generales son muy similares a la anterior generación. De serie, cuenta con faros LED y en la zaga, los pilotos también de LED son más estrechos y más intrusivos en la tapa del maletero.

A bordo, la calidad percibida es intachable. El volante es más estrecho y achatado por debajo, por lo que resulta más deportivo. Y la gran pantalla central de infoentretenimiento y casi 10 pulgadas ofrece una gran cantidad de información, con una claridad y una rapidez difícilmente equiparable a cualquier otro vehículo.

Mercedes
El interior rezuma calidad y tecnología a partes iguales.

Si se pasa a los asientos traseros, son los propios de un Clase C. El espacio está bien para dos adultos, suficiente para un viaje largo, pero en el que no se podrán estirar mucho, ni hacia arriba ni con las piernas. En cuanto al maletero, los 140 litros menos respecto a un Clase C no híbrido enchufable son un hándicap. Pero, por lo menos, no tiene el desagradable cajón que lucía la generación anterior o el gigantesco de hace dos generaciones.

Gran autonomía, batería grande

La batería tiene una capacidad bruta de 25,4 kWh (la de la anterior generación tenía 13,5 kWh) y se puede cargar hasta 11 kW en corriente alterna y a un máximo de 55 kW con corriente continua. De esta forma, pasaría de 0 al 80% en poco más de 30 minutos. El motor eléctrico ofrece 129 CV (y 440 Nm de par) y está dispuesto dentro de la caja de cambios automática de nueve velocidades.

Por su parte, el motor de combustión es un cuatro cilindros de dos litros, con turbo y que da 204 CV, con 320 Nm de par. El conjunto, es decir, motor eléctrico y de gasolina, ofrecen 313 CV y 550 Nm. Esto le sirve para moverse más que bien y, a pesar de sus dos toneladas de peso, impulsarlas desde parado hasta los primeros 100 km/h en solo 6,1 segundos, con una velocidad máxima de 245 km/h.

Marcedes Clase C 300: en marcha

Este Clase C híbrido enchufable cuenta con cinco modos de conducción: Electric, Hybrid, Sport, Hold Battery (para mantener la carga de la batería) e Individual. En el modo Sport, las levas dispuestas tras el volante sirven para cambiar las marchas (su cambio automático dispone de nueve relaciones).

En el resto de modos, con estas levas se puede variar la intensidad de la frenada regenerativa. Y en el grado máximo, casi que el pedal de freno se queda de adorno, por la capacidad de deceleración que muestra.

Mercedes
Este Clase C cuenta con cinco modos de conducción.

Al arrancar, lo hace siempre en modo eléctrico. El de gasolina se activa si se aprieta con ganas el acelerador (y se vence una pequeña resistencia) o si se superan los 140 km/h. Y al hacerlo, lo de pisar el pedal derecho a tope, este confortable Mercedes sorprende con una rapidez inusitada al ganar velocidad. Además, esa transición entre energía eléctrica o de combustión la hace realmente suave y prácticamente imperceptible.

Eso sí, no es un deportivo, ni lo pretende. Y es que este coche está construido para viajar con comodidad. Si se aumenta el ritmo en tramos revirados, la suspensión (orientada a proporcionar confort a los ocupantes) puede producir todo lo contrario debido a las oscilaciones de la carrocería. No es que sean muy acusadas, pero sí se notan, aunque sea más deportivo y dinámico que su predecesor.

Dirección

La dirección se espera más desmultiplicada para ser un Mercedes, pero sorprende también gratamente. El secreto está en que se ha reducido el número de vueltas de volante de un extremo a otro (se ha pasado de 2,35 a 2,1 vueltas), así que el guiado es más preciso y no hay que manotear tanto con el volante.

Por esta misma razón, un viaje tranquilo con carreteras en peor estado del esperado o con baches repentinos, pasan por debajo del Clase C como si no estuvieran y ya tienen que ser agujeros importantes para que el pasaje se dé cuenta. Es una de las grandes ventajas de este Clase C. Unido a su insonorización, hace de los viajes largos auténticos recorridos de placer.

No proporciona tanto placer el tacto del pedal de freno. No es nada progresivo y, de hecho, en aproximadamente el primer tercio o la primera mitad de su recorrido parece que está roto, ya que la deceleración es mínima. Y hay un punto en el que la frenada se vuelve casi más potente de lo deseable, con lo que requiere de un periodo de adaptación más o menos largo para que el pasaje no cabecee y acabe por protestar.

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Si se carga a un máximo de 55 kW, pasa de 0 al 80% en poco más de 30 minutos.

Autonomía

Pero, sin duda, lo mejor de esta prueba ha sido comprobar su autonomía eléctrica real, que ha superado los 80 kilómetros, tratando con mucha suavidad y cariño el acelerador. Si la distancia de casa al trabajo y viceversa es de 20 0 30 kilómetros, permitirá circular varios días sin gastar gasolina, con el ahorro que conlleva. En un enchufe convencional de corriente doméstica, tarda unas 10 horas en cargarse. Con un trifásico de 11 kW, el tiempo se queda en unas tres horas.

En definitiva, un coche prácticamente redondo si el recorrido diario entra dentro de sus parámetros eléctricos, con una comodidad superlativa y con un equipamiento muy completo en el que no faltan elementos como faros LED, relojes digitales de 10,25 pulgadas y una pantalla central táctil de 9,5 pulgadas, etc.

Aunque la lista de elementos opcionales es muy amplia, desde 61.370 euros se puede tener en el garaje una de las mejores berlinas premium del mercado.

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