Skoda Kodiaq 2.0 TDI 200 CV Style 4×4: versátil hasta decir basta

Es el SUV grande de la marca checa que, en esta ocasión, cuenta con el motor diésel más potente de la gama.

Skoda

El Kodiaq es el SUV grande de la marca checa.

Dentro de los superventas SUV, el Skoda Kodiaq no se engloba en el subsegmento que más éxito tiene. Y es que pertenece al de los grandes todocaminos que rozan una longitud de cinco metros, cuando los más vendidos son los SUV compactos de poco más de cuatro.

Aún así, este primo del Seat Tarraco, destaca por su excelente relación entre la calidad y el precio, combinada con una polivalencia encomiable, un completo equipamiento y una habitabilidad a bordo extraordinaria y, como en el caso de la unidad de pruebas, con asientos para siete ocupantes.

Presentado en 2016, esta es la actualización de la primera generación, ya que presenta cambios sobre todo estéticos y no muy profundos. En cualquier caso, lo más llamativo son los faros y pilotos, que siguiendo la tendencia automovilística actual, se han estrechado y estilizado.

En este restyling casi lo más destacado son los nuevos faros y pilotos más estrechos y rasgados.

Interior sobrio, pero muy amplio

Lo mejor del Kodiaq es, sin duda, su habitabilidad. Este restyling incorpora nuevas molduras o un diseño diferente del volante. Pero lo más llamativo es lo dicho: la amplitud en todos sus asientos. Además, ahora disponen de hasta la función de masaje en opción.

Este acabado es el Style con Pack L&K, que con este motor no tiene coste extra y que incluye elementos como el Virtual Cockpit, calefacción en los asientos delanteros y aviso de salida de carril. De serie, el Kodiaq cuenta con faros LED, control de crucero adaptativo, sensores de aparcamiento, portón trasero eléctrico o navegador.

Esto, junto a esas plazas de la segunda fila individuales y correderas longitudinalmente 17 centímetros, donde no hay problemas de espacio en ninguna cota, configura un coche muy cómodo para viajar. Eso sí, la tercera fila (1.270 euros añadidos) es válida solo para niños y resulta algo complicada para acceder debido al escaso espacio que queda al abatir los asientos de la segunda fila y a la altura del habitáculo respecto al suelo.

Acceder a la tercera fila no es fácil y en ella, mejor que se acomoden niños.

Todo este equipamiento, el espacio a bordo y el confort de sus ocupantes tiene un precio, que en este caso es de 51.620 euros.

En marcha

Como es fácilmente imaginable, un SUV de este tamaño, con una longitud de 4,70 metros y un peso de más de 1.800 kilos, no se encuentra muy a gusto en zonas reviradas.

Antes de entrar en el comportamiento del Skoda, bajo el capó se observa una verdadera excepción frente a la tendencia de la electrificación, y es que este 2.0 TDI no lleva ningún apoyo eléctrico, por lo que en su parabrisas luce la etiqueta C de la DGT. Eso sí, con una potencia de 200 CV (es el diésel más potente de la gama, en gasolina llega hasta 245 CV) y 400 Nm de par, tiene fuerza suficiente para mover bien sus casi dos toneladas, o algo más si lo cargamos con la familia y su equipaje.

Y es que lo suyo son los grandes viajes por autovía o autopista, a una velocidad moderada y disfrutando del trayecto gracias también a una amortiguación pensada para eso: aislar a los ocupantes lo máximo posible de los rotos del asfalto y no tanto de virajes o cambios bruscos de dirección en los que los vaivenes pueden transformar ese placer en algún que otro mareo. Su peso y su elevado centro de gravedad condiciona algo sus movimientos y, evidentemente, saca a relucir su inercia si se aumenta el ritmo.

Esta versión L&K lleva el Virtual Cockpit tras el volante de serie.

Aunque por el cambio automático DSG de siete velocidades y su rapidez de reacciones no habría inconveniente en circular en este tipo de trazados más exigentes, ya que su rapidez e idoneidad en las transiciones lo permitirían sin problema, sobre todo si se coloca en el modo S.

Al igual que por carreteras reviradas, el cliente de este tipo de SUV no es de los que va a hacer todoterreno con él y por eso, aquí la tracción 4×4 es más un elemento de seguridad para condiciones resbaladizas de la superficie donde se pise. En este caso, y con esta versión de su motor 2.0 esta tracción es inseparable del conjunto. Si fuera la versión de 150 CV sí que es opcional, por 3.500 euros más.

Esos poco más de 51.000 euros pueden parecer muchos, pero si se analiza todo lo que ofrece a cambio, la relación es inmejorable. Y a una gran familia se lo parecerá mucho más.

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Alfredo Rueda

Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.

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