El nuevo Volkswagen T-Cross es un coche con una importancia destacada. Y por doble motivo. Por un lado, es importante para España, ya que se fabrica exclusivamente para toda Europa en la planta de Volkswagen ubicada en Pamplona.
En la actualidad, esta planta produce tres modelos: el Polo, el T-Cross y el Taigo, todos ellos entre los cinco modelos más vendidos de Volkswagen en España. El T-Cross se sitúa en la segunda posición (detrás del T-Roc), con 9.667 unidades, el Taigo ocupa el tercer puesto en 2023, con 8.867 unidades.
Además, su importancia es relevante porque el segmento de los SUV ha experimentado un crecimiento constante durante más de una década y ha alcanzado una cuota de mercado del total de las ventas cercana al 60% en España en 2023.
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Esta tendencia se refleja también en el subsegmento al que pertenece el T-Cross, el de los SUV urbanos, cuyas ventas se han multiplicado por seis en la última década, pasando de aproximadamente 33.000 unidades en 2013 a 200.000 unidades matriculadas en 2023.
Navarra, preparada para todo
Estos datos son especialmente positivos para la industria en España y, en particular, para la planta de Volkswagen Navarra, que a partir de 2025 fabricará dos nuevos SUV totalmente eléctricos: uno de Volkswagen y otro para Skoda, su hermana de grupo, ambos de carácter urbano.
Pero esto no relegará la construcción de modelos de combustión. Y es que la planta española esta preparada para fabricar de manera flexible coches eléctricos y de combustión de manera simultánea, garantizando así su futuro ante posibles fluctuaciones del mercado.
En los últimos dos años, Volkswagen ha renovado por completo su gama SUV, desde el lanzamiento del Taigo en 2022 hasta la próxima llegada del nuevo Tiguan en este año. Esta ofensiva de productos tiene como objetivo reforzar la posición de liderazgo de la marca alemana en uno de los segmentos más relevantes del mercado.
En Navarra, el T-Cross se fabrica y exporta a más de 45 países, siendo Alemania el mayor mercado receptor, representando el 20,2% de las exportaciones. Otros destinos incluyen Namibia, Nueva Zelanda y la Guayana Francesa.
Primera actualización
Esta renovación se traduce en un leve restyling tanto por fuera como, algo más, por dentro. En el frontal se incluye ahora el sistema de iluminación con tecnología IQ. Light, faros Led Matrix y una tira de luz que cubre todo el ancho, solo interrumpida por el logotipo de la marca.
Su longitud total no cambia, con 4,13 metros, pero sí lo hace en la parte trasera, donde se aporta también esa línea iluminada en el portón trasero que conecta los nuevos pilotos con efecto 3D y en forma de X.
En el interior, lo mejor
Y es que se ha mejorado bastante la calidad percibida y táctil, gracias a materiales más suaves y mullidos, y texturas más agradables al tacto.
Además, ahora los relojes son digitales de serie, en una pantalla que va desde las ocho pulgadas hasta las 10,25 en el acabado más alto de la gama, R-Line. También es nueva la pantalla central de ocho pulgadas con opción de 9,2 y con App Connect de serie.
En términos de asistentes a la conducción, ofrece el Travel Assist 1.0 con sistema de guiado longitudinal y transversal, asistente de aparcamiento, Front Assist y Lane Assist de serie, junto con detector de ángulo muerto, cámara de visión trasera y control de crucero adaptativo.
Respecto al espacio a bordo, no está nada mal, sobre todo por su banqueta trasera deslizable 14 centímetros, que permite mayor o menos espacio en un maletero que va de los 385 a los 466 litros. Esta capacidad aumenta hasta los 1.281 litros al abatir los asientos traseros, mientras que si se abate el del copiloto, se podrá cargar un objeto de hasta casi 2,40 metros.
Sin etiqueta ECO
Sí, las tres mecánicas disponibles para el T-Cross son eficientes y resolutivas, pero no hay hibridación alguna y por tanto no tiene etiqueta ECO de la DGT, al igual que ocurre con otros coches del grupo.
Una pena, pero lo dicho, dispone de tres motores turbo de gasolina TSI. Dos son tricilíndricos 1.0 de 95 CV o 115 CV (antes 110) y uno es el de cuatro cilindros 1.5 de 150 CV con gestión de cilindros activa ACT Plus.
En marcha, mejor cuatro que tres
Y es que al circular con el T-Cross, su excelente estabilidad y guiado no ha cambiado, así como las reacciones de sus motores.
A priori, el tricilíndrico de 115 CV sería la compra ideal, pero esos tres cilindros son algo ruidosos cuando se eleva el cuentarrevoluciones y, en este sentido, se nota mucha diferencia con respecto al tetracilíndrico de cuatro. No tanto en reacciones como aceleración o recuperación, en el que el de 115 ya resulta perfectamente válido para un uso diario, pero sí en ese confort a bordo que se ve algo enturbiado por la rumorosidad y vibraciones que este motor genera. Con algo más de materiales aislantes, se lograría disimular bastante este pequeño inconveniente.
Por lo demás, es un coche muy agradable de conducir, mejor con el cambio automático DSG de siete velocidades (también hay cambios manuales de cinco y seis marchas), que hace su trabajo de forma muy rápida y eficiente; que resulta apto no solo para su entorno más adecuado, la ciudad, sino también para viajar.
Ya está disponible en las versiones T-Cross, Life, Más y R-line, con un precio que parte de 21.950 euros para el motor y el acabado más básicos y con descuentos incluidos.
Y respecto a su paleta de colores, nombres de lo más original y divertido en su gama y que se pueden leer en la siguiente foto.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.