Charles, el mayordomo francés al servicio de Mercedes

El fabricante apuesta por un robot que utiliza las baterías usadas para recargar coches eléctricos en los aparcamientos.

Charles, el mayordomo francés al servicio de Mercedes

Charles es un robot de recarga para coches eléctricos que, después de tres años de desarrollo, ya se encuentra operativo. En su interior, aloja una batería reciclada que cumple así su “segunda vida”, porque aunque ya no sea capaz de suministrar una autonomía aceptable al vehículo, todavía sirven para almacenar la energía necesaria para recargarlo. 

El robot ha sido creado por la compañía emergente Mob-Energy, con sede en Lyon (Francia), y es capaz de cargar cualquier vehículo eléctrico de forma completamente autónoma.

Bautizado como Charles, el invento evita al usuario tener que buscar una plaza reservada y aparcar cerca de un cargador convencional. Basta con solicitar la carga mediante una aplicación, enchufar el cable de tipo Combo en un módulo de conexión y despreocuparse.

A continuación, la estación móvil se desplazará de forma autónoma para conectarse a su vez al módulo y suministrar la energía requerida por el usuario. La potencia de carga de este nuevo sistema puede ir desde 7,4 kW (corriente alterna CA) hasta 30 kW (corriente continua CC), según la rapidez que se necesite en la operación. 

Entorno controlado

Al respecto, los responsables de la compañía han declarado que, ante las dificultades que supone utilizar este tipo de servicio automatizado sobre la vía pública, han preferido ofrecerlo en el interior de los aparcamientos. Un entorno más controlado para garantizar el funcionamiento autónomo del robot y donde el sistema se ha mostrado más eficaz durante las pruebas. 

La idea es que Charles sirva para recargar vehículos eléctricos pertenecientes a flotas que operen desde parkings privados, ya sea urbanos o los ubicados en aeropuertos o estaciones de tren. Según los responsables de la empresa, estos serán sus principales clientes, a los que el robot solucionará el proceso de recarga de los coches de una forma automática y también asequible. 

De hecho, en Francia, Charles ya está prestando sus servicios en dos aparcamientos de Lyon y Estrasburgo, a los que se ha sumado la sede parisina de Mercedes, donde los modelos eléctricos del fabricante alemán pueden recuperar su autonomía con este novedoso procedimiento automatizado. 

Robot Charles y módulo de carga.

Segunda vida para las baterías

Y es que la marca de la estrella ha valorado el potencial de esta fórmula, firmando un acuerdo de tres años con Mob-Energy. Así, entregará a la empresa las baterías recuperadas para que el robot Charles las aproveche en su interior y prolongue de esta manera su vida útil. 

La instalación incluye un armario eléctrico, donde Charles acude a cargar sus propias baterías, y que puede colocarse en cualquier lugar del garaje que disponga de corriente.

Una vez listo, desde allí el robot se desplaza por sí solo hasta el vehículo que requiera una carga, a una velocidad de 4,9 km/h y circulando de forma autónoma por el garaje gracias a su avanzada tecnología de navegación.

El robot integra cámaras, sensores de ultrasonidos, dos lídares 3D y otros tres 2D. Y gracias a ellos, en sus constantes desplazamientos por el recinto Charles reconoce cualquier persona u objeto que pueda encontrar en el camino.

Inversión de 5.000 euros  

Antes de iniciar su ronda de suministro, Charles se conecta con los usuarios mediante la aplicación Mercedes me Charge, para priorizar a los vehículos que soliciten energía según las necesidades de su batería y el tiempo que vayan a permanecer aparcados. Además, avisa con tiempo al conductor si este necesita prolongar la estancia en el aparcamiento para garantizar la carga solicitada. 

En cuanto al precio, el sistema de cargador robotizado Charles cuesta alrededor de 5.000 euros, incluida toda su instalación más un dispositivo privado de conectividad 5G. Se trata de una inversión que puede amortizarse rápidamente, según los responsables de la compañía, ya que evita realizar obras para la instalación de cargadores murales del tipo Wallbox y no obliga a acotar plazas especiales en el garaje para uso exclusivo de recarga.

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