Cuando las temperaturas bajan considerablemente, hay algunos componentes del coche que sufren de manera especial: la batería, los neumáticos, los líquidos… No son los únicos: el interior de un vehículo también se resiente y, en concreto, sus pantallas: ¿por qué parece que funcionan peor en invierno?
Los modelos más modernos están plagados de nuevas tecnologías, que experimentan ciertas dificultades cuando el frío hace acto de presencia y, sobre todo, cuando la temperatura desciende por debajo del punto de congelación. La mayoría de estos problemas están protagonizados por el sistema de información y entretenimiento.
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Según la American Automobile Association (AAA), los botones y los microchips que forman parte de estos componentes, generalmente, no se ven afectados. La parte del sistema de infoentretenimiento que sufre con el frío es la pantalla. ¿La razón? Suelen ser LCD y contienen un líquido, que se ubica entre dos capas de cristal.
Hace tiempo, el sistema de información y entretenimiento de un coche era mucho más sencillos. La mayoría se reducía a una radio con una pequeña pantalla LCD que mostraba algo de información. Sí, en ellas también hacía mella el frío… pero como su tamaño era tan reducido y los datos que aparecían eran tan escasos, el conductor apenas percibía que tardaba más de la cuenta en responder.
De las radios a las pantallas
Hoy en día, las pantallas son más grandes y contienen un número mayor de opciones: ahora sí es evidente que, con el frío, su funcionamiento se ralentiza y empeora. El líquido de las pantallas LCD es el encargado de mostrar las imágenes con nitidez: por eso, en invierno la calidad parece peor.
Como cualquier líquido, cuando la temperatura desciende por debajo del punto de congelación, el de las pantallas LCD tiende a espesarse e, incluso, a congelarse. Esto no tiene consecuencias para el sistema de infoentretenimiento y tampoco causará daños en la superficie.
Una sencilla solución
El conductor poco puede hacer para prevenir este problema y que el funcionamiento de la pantalla no se ralentice. Por suerte hay una solución sencilla para ello: bastará con poner en marcha la calefacción del coche. A medida que el interior se calienta, la pantalla LCD volverá a funcionar como antes y a mostrarse tan nítida como clara.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.