Según ha ido avanzando la tecnología, los coches también se han adaptado a los nuevos sistemas. En la actualidad, cualquier modelo que sale de fábrica dispone tanto de puertos USB como de interconectores entre los dispositivos y el propio vehículo, ya sea mediante ‘bluetooth’ o wifi.
Los teléfonos inteligentes son una parte esencial para los automóviles. Posibilitan hacer y recibir llamadas o poner música. También permiten consultar aplicaciones que ayudan a la conducción, como Google Maps o aquellas que muestran las gasolineras más baratas.
Aunque estas ventajas tecnológicas en los coches también cuentan con una cara negativa para los teléfonos: la recarga de la batería.
Baterías de iones de litio
Casi todos los teléfonos del mercado disponen de baterías de iones de litio. Una tecnología muy superior a las usadas en las antiguas pilas para estos dispositivos, las de níquel-metal hidruro y las de níquel-cadmio, que ofrecían ciclos de carga muy limitados y con una vida útil demasiado efímera.
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Aunque las baterías actuales disponen de muchísimo mejores números para los tiempos de uso y carga, también cuentan con ciertos inconvenientes. Por ejemplo, son muy sensibles a la temperatura. Estas baterías no deben exponerse a condiciones térmicas superiores a los 40 grados centígrados ni inferiores a los -10 grados centígrados. Tampoco se deben recargar a esas temperaturas.
Así mismo, si se exponen a una sobrecarga (mucho tiempo enchufadas), una subida de la temperatura del terminal puede hacer que prendan fuego, ya que el disolvente orgánico de sus celdas es altamente inflamable.
Para concluir, sus ciclos de carga, siguen siendo limitados. Cuando se completan esos ciclos, las baterías van perdiendo su capacidad poco a poco.
Cargar el teléfono en el coche
En los coches actuales, una gran mayoría de los conductores aprovechan los trayectos para conectar su teléfono a las entradas USB o a las bases de inducción para que se vaya cargando. Una acción cotidiana, pero que no es una buena solución para la vida útil de la batería del móvil.
Hay que entender que los puertos USB fueron diseñados para trabajos que no requieren mucha potencia y que no necesiten de una transmisión constante de energía, como por ejemplo, reproducir música en los antiguos dispositivos MP3. A los móviles les resulta perjudicial este tipo de transferencia de electricidad.
Además, el amperaje que dispensan estos puertos, es inferior a lo que requieren los dispositivos actuales, que están sobre los 2 o 3 amperios, provocando que se recarguen muy despacio. Las recargas muy lentas, al igual que las muy rápidas, deterioran rápidamente la batería.
Cargadores y cable originales
Además de la falta de amperaje, otro de los factores que acorta la vida de las baterías es que los teléfonos móviles han sido desarrollados para recargarse con su cargador y cable originales a un enchufe, ya que la potencia que estos ofrecen es la adecuada para la capacidad del cargador, ni más ni menos.
Sucede que muchos usuarios utilizan cables de carga no originales para cargar el teléfono en el puerto USB del coche. Estos cables generan problemas a la circuitería del dispositivo y, además, no desconectan la salida de corriente en cuanto detectan que la carga está completa. Al seguir emitiendo corriente, también reducen la vida de la batería.
Cargadores inalámbricos
Aunque los nuevos cargadores inalámbricos de los coches no ofrecen el mismo problema para las baterías de iones de litio que los cables y los puertos USB, cuentan con sus propios inconvenientes.
En la carga por inducción, el teléfono tiene que trabajar más. También genera más calor y recolecta más energía para poder llenar una batería del mismo tamaño.
Un estudio de la empresa OneZero demuestra que hace falta un 47% más de energía para cargar de 0 al 100% un teléfono móvil de última generación mediante carga inalámbrica, en comparación con su cargador de cable. Si se usa continuamente este método, que genera más calor, a la larga la batería se verá afectada.
En definitiva, cargar continuamente el teléfono móvil en el coche no es la mejor solución para su salud. El cable de carga conectado al puerto USB lo deteriora más rápidamente, pero las nuevas bases por inducción también generan problemas si se emplean cada vez que se utiliza el coche.
Lo más aconsejable es esperar a cargar el dispositivo con su cable y su cargador conectado a un enchufe. Como solución, también se puede usar una batería externa para no hacerlo a través de las entradas del automóvil.
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