Hay situaciones en las que el conductor mira por el retrovisor interior del coche y no ve la carretera y el tráfico posterior, sino las cabezas de los ocupantes traseros o un equipaje que sobresale por encima de la bandeja del maletero.
Esta merma en el campo visual parece un detalle menor, pero no lo es, porque puede generar complicaciones de seguridad al circular, con el consiguiente riesgo de percance, y complicar también las maniobras de aparcamiento, exponiendo la carrocería a roces.
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El grupo Jaguar Land Rover (JLR) anunció a finales de la década pasada un retrovisor avanzado, denominado Clear Sight, que aplica la tecnología digital para garantizar el campo visual del conductor, aunque en el coche vaya toda la familia y media casa a cuestas. Y ahora se ha podido ya probar.
El retrovisor Clear Sight está disponible en los modelos Jaguar E-Pace y F-Pace (desde 661 euros) y en los Land Rover Defender, Discovery Sport y Range Rover Evoque (a partir de 685 euros).
Su aspecto es el mismo de un espejo convencional, pero basta accionar una palanca en la parte inferior de la carcasa para que el espejo desaparezca y se active el modo pantalla. Y en él, casi milagrosamente, los obstáculos a la visión se borran y el conductor dispone del mismo campo visual que tendría si el coche estuviera vacío.
La clave está en unas cámaras situadas en la parte posterior del vehículo, en el exterior. Al activar el modo digital, el retrovisor pasa a ser un monitor y muestra la imagen que recogen los ojos informáticos traseros.
El sistema resulta muy útil, aunque exige también acostumbrarse, porque al activar el modo pantalla se nota que se está visualizando una reproducción informática, que presenta diferente textura, luminosidad y ángulo de visión que el reflejo real habitual.
Es como si se cambiara de película a un videojuego, y al principio choca un poco y genera cierto desconcierto. Sucede algo similar con los modelos que llevan cámaras en lugar de retrovisores laterales, que por el momento comercializan Audi, Honda y Lexus.
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