No es un fallo que se haya constatado en todos los coches de Tesla, pero sí en una buena parte. En concreto, la marca sospecha que 54.000 unidades podrían no interpretar correctamente las señales de detención, y los propietarios han sido contactados por el servicio de posventa de la marca en EE UU. El problema parece tener su origen en los vehículos equipados con el sistema de conducción autónoma FSD Beta. Tesla lo ha introducido a modo de prueba en algunos de sus modelos desde octubre de 2020.
Este sistema es una evolución del anterior Autopilot y permite que el coche conduzca por sí solo hasta el destino fijado en su sistema de navegación. Sin embargo, todavía requiere que una persona permanezca atenta al volante y lista para tomar el control en cualquier momento.
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Por lo tanto, todavía se considera un sistema de asistencia de Nivel 2 que no alcanza el grado máximo de conducción autónoma (Nivel 5) y el conductor sigue siendo el responsable legal del vehículo. A lo largo de este tiempo de ensayo, Tesla ha actualizado en varias ocasiones el programa y ha ido ampliando el número de clientes que lo equipan en sus vehículos.
Distinguir un ceda el paso
El asunto ha trascendido y ha sido la propia NHTSA, la agencia estadounidense de seguridad en carretera, quien ha tomado cartas en el asunto refrendando la alerta de revisión. Los Tesla afectados por la llamada a revisión han sido unidades de Model 3 (fabricados entre 2017 y 2022), Model S (2016-2022), Model X (2016-2022) y Model Y (2020-2022).
Al parecer, los fallos atañen a una funcionalidad introducida recientemente en el programa de conducción autónoma, que, bajo ciertas circunstancias, permite al vehículo seguir avanzando al llegar a un stop, pero a una velocidad inferior a 9 km/h. En concreto, el sistema permite saltarse la señal en vías donde la velocidad esté limitada a 50 km/h, si la visibilidad es buena y si los sensores del coche no detectan ningún vehículo, ciclista o peatón en las cercanías del cruce.
Por así decirlo, la conclusión en estos casos es que el sistema FSD Beta interpreta el stop como si fuera un simple ceda el paso. Y la apreciación también se complica por ciertas particularidades de la circulación en EE UU, donde, si la señalización no indica lo contrario, se puede girar a la derecha en los semáforos que estén en rojo. Siempre que no se aproxime ningún peatón o vehículo por la izquierda.
Ahora le toca a Tesla demostrar ante las autoridades un correcto funcionamiento de su sistema de conducción autónoma, solventando los fallos y las dudas del programa ante situaciones cada vez más concretas. El sistema ha mostrado en más de una vez sus problemas para manejarse por sí mismo, como mostró hace unos días en un artículo un periodista del Boston Globe.
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