En episodios de altas temperaturas como los actuales, con los termómetros cerca de los 40 °C en muchas partes de España, se resienten tanto los automovilistas como los coches. Los primeros pueden sufrir mareos, deshidratación y fatiga. El vehículo, por su parte, es mucho más propenso a las averías.
Cómo afecta el calor a los ocupantes
El interior de un automóvil a más de 30 grados centígrados influye sobremanera en las capacidades físicas del conductor y en la forma de conducir. Mientras aumenta la fatiga y la deshidratación, la toma de decisiones también se ven afectadas, incrementando el riesgo de accidentes. Así mismo, también se acrecienta la agresividad al volante.
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Hay estudios que han demostrado que al alcanzar el habitáculo más de 30 °C, aumenta un 22% el tiempo de reacción y un 20% el riesgo de cometer errores durante la conducción. Además, cuando se alcanzan los 35 grados, la percepción es similar a la de haber ingerido alcohol y dar positivo con 0,50 g/l en sangre.
Por su parte, el resto de pasajeros también se pueden ver afectados. Los síntomas más comunes incluyen somnolencia, calambres musculares, bajada de la tensión arterial y agotamiento. Además, un golpe de calor puede derivar en problemas renales y urinarios, llegando a poner en riesgo la vida.
Solución al calor dentro del habitáculo
La mejor manera de combatir las altas temperaturas en el interior del coche es haciendo uso del aire acondicionado. Para ello hay que seguir unas sencillas directrices. En primer lugar, evacuar el calor del habitáculo abriendo las todas las ventanillas. Después, conectarlo a una temperatura 10 grados inferior a la del interior. Una vez que haya descendido la temperatura, poner el termómetro del aire acondicionado entre los 22 y los 24 grados.
Para evitar problemas físicos en los ocupantes, es necesario mantener una correcta y continuada hidratación. El agua es el mejor aliado contra la deshidratación, ya que las bebidas alcohólicas y con cafeína tienden a subir la tensión arterial y con ello la temperatura corporal.
Como afecta el calor al coche
Aunque los automóviles pasan infinidad de pruebas en condiciones de temperatura extremas antes de ser lanzados al mercado, con el paso de los años las mecánicas pueden verse afectadas. En España, la edad media del parque automovilístico es de 13 años, por lo que es más probable que padezcan con las altas temperaturas.
Los componentes más sensibles al calor son:
- Radiador. Para evitar sobrecalentamientos que pongan en peligro la mecánica, es mantener un correcto nivel de líquido refrigerante, así como el radiador libre de residuos. Un circuito de refrigeración que no se encuentra en condiciones óptimas puede ocasionar una perdida de potencia del 15%.
- Aceite. A partir de los 40 grados de temperatura exterior, el aceite del motor se evapora más rápido. Es importante llevar en el maletero una lata para rellenar hasta el nivel recomendado y evitar que gripe el motor.
- Neumáticos. Las altas temperaturas dilatan los neumáticos provocando que sean más sensibles a sufrir pinchazos o reventones. Mantener la presión indicada por el fabricante es crucial.
- Líquido de frenos. Tanto los discos de freno como el líquido reaccionan a las elevadas temperaturas. Necesitan más metros para realizar una frenada cuando el calor aprieta. Hay que mantener siempre el líquido a nivel recomendado.
- Climatización. Un mal uso del aire acondicionado, haciéndolo trabajar al límite, incrementa el consumo de combustible en un 20% y afecta a la entrega de potencia del motor. Además, puede provocar fallos en el alternador y en la batería. Una utilización prolongada del aire acondicionado con el motor parado, puede acabar con la vida de la batería.
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