El desastre del Autopilot de un Tesla sobre la nieve de Canadá

Los sistemas de conducción autónoma se perfeccionan constantemente con pruebas que suman muchos kilómetros y bajo todo tipo de condiciones. Es a lo largo de estos ensayos cuando se ponen de manifiesto las incidencias y los fallos, registrándose puntualmente para así poder mejorar los programas informáticos que los gobiernan. 

Un conductor de un Tesla Model 3 ha llevado a cabo recientemente un recorrido de pruebas por las carreteras nevadas de Edmonton (Canadá), donde ha podido comprobar con no pocas sorpresas que en estas condiciones invernales el Autopilot que equipa este coche genera todavía muchas dudas.

Durante el trayecto, por carreteras cubiertas de nieve, el coche no ha sido capaz de seguir con precisión la trayectoria correcta y, para poder solventarlo, obliga al conductor a intervenir en la conducción que se supone automatizada. 

Un sistema todavía en fase de desarrollo

La prueba ha quedado grabada en vídeo y en ella se puede comprobar que, cuando los bordillos de las aceras están cubiertos por la nieve, el Tesla no es capaz de mantenerse por sí solo sobre la calzada. Además, su velocidad se hace en ocasiones excesiva por las precarias condiciones de adherencia de la calzada.  

El asistente electrónico de conducción Autopilot se encuentra todavía en fase de pruebas en numerosos estados de los EE UU y, en Europa, sigue considerándose como un equipo de conducción autónoma parcial, todavía de Nivel 2.

Desde su estreno en los modelos de la marca, ha sido motivo de numerosas quejas por parte de los clientes e incluso ha estado directamente implicado en diversos accidentes de diversa gravedad. 

Su desarrollo todavía no se ha completado del todo y la última y polémica decisión de Tesla ha sido prescindir en sus sensores del radar, centrándose solamente en las cámaras para detectar obstáculos en la carretera y también a los otros vehículos. 

Causas pendientes

La alarma que han causado estos incidentes relacionados con el Autopilot ha suscitado que la justicia estadounidense tome cartas en el asunto y haya abierto una investigación por ello al fabricante automovilístico.

El objetivo de las autoridades es determinar si la marca ha incurrido en una publicidad engañosa para los clientes, inversores y organismos oficiales, al dejar entender que el Autopilot convierte a los Tesla en coches autónomos cuando en realidad no es así.