Aceite de la dirección: qué es y por qué puede fallar 

Los coches modernos están todos equipados de un sistema de dirección asistida cuya finalidad es hacer más suave, cómodo y preciso el manejo del volante. Por su importancia en la conducción, es un elemento esencial en la seguridad del vehículo y cualquier fallo en su funcionamiento puede ocasionar un accidente. 

La dirección asistida puede ser de tres tipos: hidráulica, electrohidráulica y eléctrica. En los dos primeros casos, la actuación del sistema sobre la dirección requiere de un circuito de líquido que actúa a presión gracias a una bomba para facilitar el movimiento de giro en las ruedas y amortiguar el efecto de sus vibraciones sobre el volante. 

Este líquido hidráulico es un aceite especial que necesita cumplir una serie de especificaciones para recibir la homologación correspondiente. Y como en el caso de los aceites lubricantes utilizados en los motores, puede ser de varios tipos según su composición. 

Tipos de líquido de dirección

En primer lugar, está el mineral, más barato y poco agresivo con las juntas de goma del circuito, pero que debe cumplir una serie de requisitos de viscosidad. Suele degradarse antes con el uso y entonces son propensos a producir espuma dentro del circuito, perjudicando el tacto de la dirección.  

El aceite semisintético está compuesto también de aceite mineral, pero al que se han añadido otros productos de origen sintético. Lo hacen más homogéneo y estable en el tiempo ante la degradación y la formación de espuma. Sin embargo, su composición deteriora con mayor facilidad los elementos plásticos del sistema de dirección. 

En tercer lugar, los aceites sintéticos están compuestos en su mayor parte de polialcoholes, ésteres y una pequeña parte de aceite mineral. Y para contrarrestar los efectos nocivos de estos productos sobre las juntas, también contienen unos aditivos especiales.  

El aceite sintético es el más caro, pero también el más resistente a los esfuerzos y temperaturas extremas, cualidad que alarga considerablemente su vida útil respecto a los anteriores. 

Las causas de que se degrade

Las causas por las que el aceite hidráulico se degrada y se convierta en el origen de un fallo pueden ser diversas. El sobrecalentamiento del sistema por temperaturas elevadas puede llegar a deteriorar el aceite y también un uso intensivo de la dirección como, por ejemplo, practicando una conducción deportiva.  

Asimismo, el aceite hidráulico puede dejar de realizar su cometido si algún elemento del propio mecanismo de dirección está dañado, por ejemplo, la bomba se averíe o alguno de los conductos del circuito presente alguna fuga.  

Y otro motivo de que la dirección pueda fallar es que se haya utilizado algún líquido inadecuado para el sistema, por lo que siempre hay que recurrir al recomendado por el fabricante del vehículo. 

Cuando hay que cambiarlo

El nivel líquido del sistema de dirección es uno de los puntos importantes que se verifican en las revisiones periódicas del vehículo. Y para que el sistema siga funcionando correctamente deberá ser sustituido cuando lo recomiende el libro de mantenimiento del vehículo. Esta operación, por lo general, se realiza cada uno o dos años o al cabo de 100.000 kilómetros. 

Sin embargo, ciertos síntomas pueden indicar que el líquido ya se ha degradado y conviene acudir al taller para sustituirlo por uno nuevo. Si se observa que el líquido se ha decolorado (haciéndose más oscuro) o desprende olor a quemado, serán señales inequívocas de que hay que reemplazarlo. 

Asimismo, si se constatan ruidos inusuales al mover el volante o se aprecia alguna fuga de líquido en algún punto del circuito hidráulico, también será necesario que un mecánico lo revise.