El Kia Niro no es un coche cualquiera, no es un crossover del montón. Su imagen destaca sobre la de los demás en dos aspectos principalmente: sus grupos ópticos delanteros de formas geométricas y un pilar C que puede ir pintado en un color diferente al de la carrocería por 150 euros. Aunque solo en los acabados Drive y Emmotion, el de esta prueba.
Con esta posibilidad y sus nueve colores, alcanza las 18 combinaciones posibles. Una de las múltiples razones por las que este coche es el más importante para la marca, con permiso del superventas Kia Sportage. De hecho, desde su lanzamiento en 2016, el Niro ha vendido en España unas 40.000 unidades.
Un éxito que a buen seguro y por lo visto en estos días, continuará en esta su segunda generación, lanzada hace solo unos pocos meses.
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Entre un SUV y un turismo
Este coche mide 4,42 metros de longitud, 1,83 metros de anchura y 1,55 metros de altura; medida esta última que lo sitúa entre un SUV y un turismo. Por eso, este crossover permite una cómoda entrada a un amplio y tecnológico habitáculo.
Y es que, para empezar, el habitáculo es muy espacioso, tanto delante como detrás. Eso sí, los asientos delanteros, en su posición más baja, se sitúan un poco altos. Pero a cambio ofrece un accesorio muy poco habitual: tomas USB-C en los laterales de los asientos, que servirán para que los pasajeros traseros enchufen sus dispositivos con comodidad.
Detrás, el espacio es muy aprovechable por dos e incluso por tres adultos, sobre todo en altura y para las piernas, con un túnel de transmisión muy bajo. Además, cuentan con la posibilidad de calentar los asientos y, sobre todo, con un práctico enchufe de 220 voltios como los de casa.
Debajo de estos asientos, ubica Kia la batería y eso permite un maletero de 451 litros, 103 litros más que en la versión enchufable.
De vuelta al volante, las dos pantallas que se sitúan tras él, una para los relojes e indicadores y otra para el infoentretenimiento, arrojan un tamaño de 10,25 pulgadas cada una, a las que se puede sumar en opción un head-up display de otras 10 pulgadas.
En la central, dispone de dos botones físicos para el sistema de audio y para la climatización. Sí, para ambas funciones. Y es que con otro botón táctil se puede cambiar de una a otra. Además, el resto de botones táctiles situados entre esos dos también cambian su funcionalidad y se adaptan o al sonido o a la climatización.
Una ingeniosa solución que también adopta el Sportage y que no a todos agradará, ya que hay veces que se va a subir el volumen y lo que se sube es la temperatura o viceversa, si no se cambia antes la función.
Los materiales son de calidad y el volante, muy moderno y de dos radios. La ruleta del cambio también resulta novedosa y funcional, pero ese material en negro brillante que la rodea es susceptible de llenarse de huellas dactilares. Multiples huecos portaobjetos, tomas USB y USB-C y cargador inalámbrico para móviles completan un puesto de mandos muy bien diseñado.
Kia Niro HEV: a prueba
Kia ha desarrollado el Niro HEV sobre la plataforma K en su tercera generación. Esto ha permitido reducir el peso y, sobre todo, el centro de gravedad, por lo que el paso por curva se ha agilizado tanto que sus reacciones son muy similares a las de un turismo convencional.
Pero antes de seguir con su comportamiento, hay que echar un vistazo a uno de los argumentos de compra más importantes de este tipo de vehículos: su consumo. En las dos semanas que ha durado esta prueba, con recorridos de todo tipo y a buen ritmo, la media se ha quedado en 5,5 l/100 km.
Y eso que no han sido pocos los recorridos en los que se ha seleccionado el modo Sport de los dos que tiene (el otro es Eco) y que da algo más de brío general al coche con un acelerador más reactivo, una dirección más dura y un cambio más rápido. Al tratarse de un motor atmosférico, tampoco se puede esperar una gran fuerza, pero su aceleración es lineal y con la contundencia necesaria como para no echar de menos mucho más empuje.
Este propulsor, de gasolina y 1.580cc, ofrece 105 CV que, sumado al eléctrico de 44 CV, ofrecen una potencia conjunta de 141 CV. Por eso, siempre se reserva una carga eléctrica de alrededor de un cuarto. Si baja de ahí, el motor de combustión se enciende para recargar la batería aunque el coche esté parado.
El crossover coreano cuenta con unas levas tras el volante que sirven no para cambiar de marcha de forma semiautomática, sino para aumentar la regeneración eléctrica en la frenada, con un nivel cuatro de intensidad que prácticamente permite olvidarse del freno.
Y otra curiosidad: la caja de cambios no tiene marcha atrás. Es el motor eléctrico el que asume esta función.
Este acabado, el superior y denominado Emotion, tiene un precio de 34.870 euros, pero en su equipamiento no se echan en falta grandes elementos. Eso sí, si se quiere completar con asientos calefactables, techo solar, head-up display o un sistema de audio Harman/Kardon, se debe adquirir el Pack Luxury, que tiene un coste extra de 2.700 euros. Algo que, con el precio de adquisición de este Niro, debería ser de serie.
Con una sonoridad a bordo muy contenida y una dirección bien resuelta, con un guiado preciso e intuitivo, el Niro híbrido en general es muy agradable de conducir y, sobre todo, de mantener. Y sin olvidar sus siete años de garantía.
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